martes, 7 de marzo de 2017

AVERIGUA LO QUE REALMENTE QUIERES



En mi opinión, si hay una cosa que de verdad es imprescindible para cualquier persona es hacer un alto en la forma habitual de vivir –un alto que no es de un minuto sino que puede ser de varias semanas-, prestar atención a la propia vida –prestar atención consciente y real-, y consagrarse, con amor y dedicación, a encontrar todas las respuestas verdaderas a esta pregunta:

¿Qué es lo que REALMENTE quiero?

Es importante, e imprescindible, que aparezca “REALMENTE” en la pregunta.

No plantearse a menudo la pregunta, y no buscar sus respuestas auténticas, nos lleva, sin duda, a una pérdida de tiempo, que es lo mismo que decir a una pérdida de la irrecuperable vida.

Conviene reflexionar primero sobre la dureza y la gravedad de la palabra IRRECUPERABLE, y de su significado, para darse cuenta de lo importante que es este asunto. 

Y, como todo lo relacionado con el Desarrollo Personal, no se trata solamente de darle unas vueltas en la mente y tratar de encontrar unas explicaciones más o menos razonables, sino que se trata de sentirlo en alguna parte, de lograr que se remueva algo en el interior, se trata de que el alma lo sienta de un modo que no sea innegable o que la mente no pueda desvirtuarlo.

La pregunta sobre “LO QUE QUIERO”, sin añadir “REALMENTE”, se contesta rápidamente porque todos tenemos una idea de lo que creemos  que queremos, que, curiosamente, casi siempre está relacionado con resolver problemas inmediatos o asuntos económicos.

Al añadir “REALMENTE”, se eliminan el 99% de las respuestas, y van quedando las auténticas, las que de verdad nos importan, las que nuestra intuición y nuestra sabiduría van concretando. O aquellas que se han quedado rezagadas porque solo pensamos en ellas ocasionalmente. O aquellas que ya conocemos de más veces, pero aparentan ser inalcanzables o un vago en nuestro interior menosprecia restándoles la importancia que tienen.

¿QUÉ ES LO QUE REALMENTE QUIERO?, es tal vez la pregunta importante más complicada de responder, pero es –sin duda- la pregunta que más necesita encontrarse con una respuesta porque –sin duda- responder bien o conformarse con no hacerlo harán diferente nuestro presente e influenciarán sobre nuestro futuro.

Tenemos que acostumbrarnos a ser muy conscientes de que cuando nos planteamos cualquier pregunta o inquietud que estén relacionadas directamente con nosotros, como personas, afectan inevitablemente a nuestra vida y nuestro modo de movernos por ella.

Así que cualquier pregunta en la que se nos incluye es una pregunta importante, y al añadirle ese filtro tajante que es el adverbio REALMENTE permite una discriminación entre aquello que de verdad es importante, aquello a lo que dotamos artificialmente de importancia, y aquello que no tiene importancia en absoluto.

Las dos segundas opciones conviene descartarlas inmediatamente porque al prestarles atención lo que se logra es distraernos del que debiera ser nuestro único objetivo: nosotros mismos. Ser uno mismo.

La primera opción marca –de un modo contundente- lo que debiera ser el sentido de nuestra vida. Y en nuestra vida el sentido es o puede ser el Desarrollo de todo el potencial con el que, como humanos, contamos desde el nacimiento. Y eso incluye desde el autoconocimiento hasta la caridad, y desde cada una de nuestras virtudes hasta la espiritualidad.

Pero, para no perder el tiempo –que es la vida- conviene ser preciso y no malgastarlo en rodeos y en pasatiempos, y centrarse en lo que de verdad importa y lo que ciertamente tiene sentido.

Repitiéndose a menudo la pregunta, y dándole el tiempo necesario para que se encuentre con su o sus respuestas, es como se encauza correctamente la vida.

Ahora, si ya eres consciente de que esta pregunta debe ocupar un lugar preponderante en tu escala de valores, si ya sabes o intuyes la valía que tiene y lo que te puede aportar, si de verdad captas que al ser selectivo y quedarte sólo con lo que REALMENTE quieres es como de verdad das a tu vida el sentido adecuado, ponte a ello. 

Ahora y siempre.

Tú tienes el poder de decidir.

¿Qué es lo que REALMENTE quieres?

¿Qué es lo que REALMENTE quiero?


Te dejo con tus reflexiones…




Francisco de Sales
buscandome.es

lunes, 6 de marzo de 2017

Contemplar tus sueños los hace realidad



Una de mis grandes alegrías es descubrir – y redescubrir – el trabajo de los maestros de sabiduría del pasado. Recientemente he sido inspirado para regresar y leer de nuevo el trabajo de Thomas Troward, quien vivió en la India y en Gran Bretaña de 1847 a 1916. Troward escribió respecto a un concepto que de alguna forma ha sido parte de mi conocimiento intuitivo desde la niñez – la idea de manifestar nuestros sueños a través del don de la imaginación. Contémplense rodeados de las circunstancias que buscan y ellas aparecerán.

Thomas Troward fue un hombre de letras brillante en el campo de la religión comparativa que publicó sus Conferencias de Edimburgo sobre la Ciencia Mental en 1904. Su trabajo cambió para siempre la forma en que miramos el proceso de creación y manifestación. Troward hace la conexión entre el trabajo de lo Divino en la creación del universo y nuestros esfuerzos para imaginar que se manifieste la vida y las circunstancias que queremos crear. 

Troward nos pide que demos los pasos del proceso creativo con claridad mental ya que ellos se refieren a la contemplación de nuestras circunstancias deseadas. Aquí tenemos un resumen de los cuatro pasos que él describe:

El espíritu es creado por la auto contemplación. El proceso de ir desde el no ser al ser implica una Fuente invisible, a la que llamamos ‘Espíritu’, que se decide a expandirse hacia el mundo de la forma. Este es Dios expresándose a Sí Mismo en todas las cosas materiales. Por tanto, viniendo de su naturaleza de origen, todos y todo es un resultado del Espíritu que se contempla a sí mismo y expresa su vida, amor, luz, poder, paz, belleza y alegría inherentes como una parte del mundo material. 

Así que aquello en lo que este se contempla a sí mismo, en eso se convierte. La contemplación por parte del Espíritu resulta en la manifestación de lo que se está contemplando. Troward explica en gran detalle en su libro en que consiste el ideal Divino y cómo el propio cosmos tenía que existir como un resultado de cómo el Espíritu que lo originó (Tao o Dios) se dedicó a la auto contemplación con el objetivo de expresar la vida.

Ustedes son espíritu individualizado: Aquí es donde se les insta a reconocer su propia Divinidad. Ustedes también fueron materializados desde el no ser (Espíritu) al ser (forma) por la auto contemplación del propio Espíritu. Y el Espíritu propiamente es unicidad, indivisible. Como ustedes son una pieza de Dios, por así decirlo, Troward ofrece la siguiente conclusión:

“Por tanto aquello que ustedes contemplan como la ley de su ser se convierte en la ley de su ser”. Y el continúa diciendo que deben utilizar su poder creativo de pensamiento para mantener su unidad con el Espíritu en lugar de crear un sentido separado del yo que está apartado del Espíritu y sufre de pobreza y limitación. Esto es, siempre y cuando sean capaces de mantenerse en armonía con cómo el Espíritu se contempla a sí mismo, tienen precisamente los mismos poderes de manifestación. Después de todo, en el sentido más verdadero de la palabra, ustedes son lo mismo que el Espíritu del cual se originaron.

Sus pensamientos inician el proceso de materialización. Si ustedes contemplan con pensamientos que están en sintonía con el Espíritu de origen, tienen el mismo poder que el Espíritu de origen. Cuando la contemplación es una equivalencia vibratoria con el Espíritu de origen, ustedes asumen la cooperación de la mente Divina, atrayendo y cumplimentando los deseos de ustedes. La contemplación es por tanto un tipo de acción en sí misma, que pone en movimiento todas las fuerzas creativas del universo. Contemplen como lo hace Dios, con pensamiento de ¿Cómo puedo servir? En lugar de ¿Qué beneficio obtengo de eso?

Amo citar la famosa observación de Troward: “La ley de flotación no se descubrió al contemplar cómo las cosas se hundían…..” En otras palabras, cuando ustedes ven lo que contemplan como si ya estuviese aquí, el universo les ofrecerá las experiencias que se avienen con lo que ustedes están contemplando.

Sugerencias para Implementar una Nueva Forma de Contemplar

Thomas Troward nos insta a captar la idea de que la contemplación del Espíritu como poder es la manera en la que el individuo genera ese mismo poder dentro de sí mismo. “Todos lo tenemos dentro de nosotros”, dice él, y “depende de nosotros convertirlo en expresión”. Díganse a sí mismos: El poder creativo e inteligente se manifiesta perfectamente al igual que el universo. Yo soy un resultado de este poder. Yo me siento conectado con él y yo sé que este cooperará conmigo para crear la vida que deseo. Vean su mente como una fuerza poderosa que está en armonía con el mismo poder que está detrás de toda la creación. 

Comiencen la práctica viendo la contemplación como acción, en lugar de como un vagabundeo pasivo mental. Atesoren su mente como un enorme regalo de su Creador, un regalo tan maravilloso que tiene la mente del Creador dentro de este también. Vean sus momentos contemplativos de la misma forma que ven su tiempo de práctica para mejorar sus habilidades en cualquier empeño. Una hora al día tirando una bola es una acción que conduce a un mayor promedio en el juego de bolos; unos cuantos momentos varias veces al día meditando respecto a lo que intentan manifestar en algún área de su vida tendrá precisamente el mismo efecto en su promedio de manifestación. La contemplación es acción. Es necesario entrenar la mente para la implementación de cualquier cosa que deseen.

Repitan el siguiente mantra durante un mínimo de cinco minutos consecutivos cada día: Yo me contemplo rodeado de las condiciones que quiero atraer a mi vida. Díganlo rápida y repetidamente. La repetición les ayudará a comenzar a imaginar las personas o circunstancias adecuadas, el financiamiento necesario, o sea lo que sea que deseen. Manténganse desapegados y permitan que el universo se encargue de los detalles.

YO SOY LUZ.


Dr. Wayne W. Dyer
http://www.drwaynedyer.com/
Traducción: Fara González 

domingo, 5 de marzo de 2017

La curación a través de la reconciliación con uno mismo


¿Por qué enfermamos?
Cuando el desánimo, el resentimiento, la frustración y la falta de Amor por ti mismo aparecen en tu vida, también aparecen las enfermedades.
En la vida a veces tenemos problemas que no sabemos o no queremos resolver a nivel emocional, es entonces cuando van surgiendo síntomas de dolencias… al principio leves para irse convirtiendo en crónicas o en el peor de los casos mortales.
Desde este portal vamos a intentar dar una serie de pautas de autoconocimiento, para poder manejar de forma responsable nuestros desequilibrios físicos.
Lo primero y más importante es empezar un proceso de AUTO-ACEPTACIÓN de uno mismo y de tus circunstancias. Para desde la aceptación que es una posición de entrega y confianza en el Universo y  a lo que nos ha dado, conseguir reconciliarnos con nosotros mismos en primer lugar.
Este “milagro” se produce cuando estamos en conexión (13 Hz en el DKG) con el Universo del que formamos y somos parte, ahí es cuando tiene lugar la apertura de los centros receptores de energía, inundando nuestro cuerpo, con todo el poder de autocuración al que todos tenemos acceso.
Enfermamos porque perdemos esa conexión, nos desconectamos de la fuente que da la energía a todos los seres vivos del Universo, que nos da todo lo que necesitamos.
Al actuar en contra de nuestros sentimientos, el cuerpo lo percibe como un ataque, cuando no atendemos a nuestras necesidades vitales también lo percibe como otro ataque. Y cuando nos llenamos de odio, resentimientos, dudas y miedos nos hacemos continuos ataques, convirtiéndonos en enemigos de nosotros mismos.
Así una y otra vez vamos recorriendo la vida, pero en esos estados el cuerpo enferma sin lugar a dudas. La enfermedad es un aviso maravilloso que nos da el cuerpo de que le estamos maltratando….y aguanta tanto…
Todas o casi todas las enfermedades tienen su raíz en un problema emocional no resuelto en la persona.
La buena noticia es que podemos aprender a no enfermar y si ya estamos enfermos, nos podemos curar nosotros mismos, todos tenemos la capacidad de contribuir a nuestra propia curación.
Podemos hacerlo cambiando nuestros modelos de pensamientos, pues cambiando lo que pensamos cambiarán nuestros actos y como consecuencia cambiaran nuestros sentimientos hacia sentimientos más puros, de más amor lo que llevara a tener más energía y menos toxicidad en nuestro cuerpo. Ya que los pensamientos que nos perjudican son toxinas para el cuerpo. Si aprendemos a interpretar con exactitud nuestras emociones podremos tomar las decisiones adecuadas en cada momento.
Abandonando la esclavitud  de la falta de control mental caminaremos hacia una vida de libertad, pues dejaremos de estar sujetos a las restricciones de los pensamientos.
Dejando nuestras acciones en manos de una voluntad sujeta de forma natural a los sentimientos más nobles que todo ser humano tiene en su ser más profundo.
Para curarnos hemos de equilibrar nuestro cuerpo, mente y espíritu. Ya que aunque es en el cuerpo donde se manifiesta el problema, es en el espíritu donde está la semilla del problema, que se encarga la mente cuidadosamente de desarrollar a través de los pensamientos inadecuados.
Si tenemos una fuerte conexión con nuestro ser interior, unos pensamientos sanos y constructivos, además de cuidar de forma saludable nuestro cuerpo, estaremos sanos.
Cuando hay equilibrio entre las tres partes que nos forman, sentimos la alegría de vivir que es lo normal entre los seres vivos del Universo, nosotros no somos una excepción.

“Lo normal es tener salud, no estar enfermos”

Si no cambias mentalmente frente a una actitud que te ha hecho enfermar, ni el mejor médico del mundo te podrá curar.
El Resentimiento es una de las emociones que más enfermedades produce junto con el miedo. Pero la densidad del resentimiento podemos cambiarla con el sentimiento del perdón, el perdón a nosotros mismos la mayor parte de la veces y luego a los demás.
El perdón beneficia al que lo da, no es para el que lo recibe ya que la carga emocional negativa la lleva el que no perdona.
La otra (mal llamada) emoción que causa muchas enfermedades es el Miedo, que es lo contrario al Amor, es un cierre a la entrada de energía a nuestro ser, es oponerte a vivir, es cerrarte a la experiencia que supone tener una vida con ilusiones aunque tengas que correr riesgos, no se puede tener miedo a vivir. Porque entonces te pierdes lo mejor de la vida que es crecer… si no experimentas, por miedo fracasar, nunca sabrás si hubieras tenido éxito y tu vida se convertirá en un cúmulo de frustraciones.
El miedo es sobre todo desconfianza, de ti mismo y de que el Universo no te de cosas buenas, siempre te da lo que necesitas en cada momento. Porque tú eres el que crea el Universo cada día. Es falta de fe en que tú te mereces lo mejor, tenemos miedo porque en el fondo esperamos lo peor.
Si perdonas y te liberas de los miedos, te podrás curar casi de cualquier cosa. Las palabras y los pensamientos que has tenido y pronunciado hasta el día de hoy son los que te han puesto en tu situación actual física y emocional.
Hagamos un esfuerzo que merece la pena recuperemos toda la Alegría y el Amor que traíamos al nacer, entonces éramos importantes y nos sentíamos el centro del mundo.
Los bebés son osados, piden lo que necesitan y expresan lo que sienten. Haz tú lo mismo. Recuerda que una vez hace mucho lo hacías.
ERES UN SER PERFECTO SOLO TIENES QUE QUERER RECORDARLO.
Paloma Vela
https://starviewerteam.com
Vía: Rincón del Tibet