Por David Topi
 
Todos nosotros presentimos de forma involuntaria 
muchas veces cosas que pueden pasarnos, premoniciones de sucesos por 
venir, y todos podemos, de alguna manera, tomar control de esa facultad 
para ejecutar conscientemente pequeñas acciones que nos permitan dar 
micros saltos de realidad, y engancharnos a futuros potenciales 
paralelos que eviten o atraigan lo que se presiente que no se desea o, 
por otro lado, lo que si se quiere o necesita.
La facultad de percibir ese tipo de sucesos es llamada normalmente 
precognición,
 y aunque suele encuadrarse como una habilidad psíquica o una capacidad 
extrasensorial solo desarrollada por unas pocas personas, en realidad no
 es más que otra de las múltiples herramientas que forman parte de la 
caja de habilidades potenciales que posee todo ser humano por defecto 
sin activar. Las sensaciones de que algo va a suceder, o puede suceder, 
las premoniciones, el sentir que algo se está cociendo en algún plano o 
nivel que no vemos, son, en casi todos los casos, correctas, pues, 
literalmente, somos capaces de notar esos movimientos de sucesos que 
están ya pasando en algún lado de los infinitos presentes paralelos y 
potenciales que existen, y a los que nos vamos conectando y actualizando
 en cada instante, a medida que transcurre lo que nosotros percibimos 
como tiempo lineal. Así, creemos que estamos sintiendo algo que no ha 
pasado pero que puede pasar, cuando, en realidad, simplemente estamos 
percibiendo algo que ya está pasando en alguno de los “presentes” que 
están aun por “delante” nuestro, y, como eso ya ha sucedido, aunque no 
hayamos llegado aun a verlo manifestado en nuestra línea temporal, 
podemos tomar acción para cambiar ligeramente las vías de nuestro tren y
 acomodarlas a unas que eviten ese punto del camino, y nos lleve por 
otro para el devenir de nuestra realidad particular.
 
Uniendo los puntos
Trata
 de visualizarlo de la siguiente manera: imagínate uno de esos cuadernos
 de dibujo para niños donde hay que unir puntos con un lápiz para formar
 una figura. A medida que linealmente vas uniendo los puntos, vas 
creando un trazo que representa el tiempo que transcurre desde lo que 
sucedió en el evento 1 (marcado por el primer punto donde inicias el 
trazo) al evento 2 (que es el segundo punto que unes con el lápiz). Si 
tu capacidad precognitiva te hace saber que el punto 2, que ya existe 
desde el momento en que se creo el cuaderno, al igual que el resto de 
puntos, no parece ser algo “positivo” por el que quisiéramos pasar, 
podemos evitar hacer el trazo del punto 1 al 2 y simplemente conectarnos
 al punto 2bis, que no es más que un punto 2 paralelo que está al lado, y
 que nos hace crear una figura casi idéntica, pero con una micro 
diferencia en el trazo al haber “manifestado” una línea que nos lleva 
por diferentes futuros-presentes potenciales infinitesimalmente 
diferentes según nuestros deseos y necesidades de crecimiento y 
experimentación. Todo esto, evidentemente, desde el punto de vista de la
 personalidad, 
pues desde puntos de vista más elevados de aquello que somos,
 ninguna opción es negativa o positiva, todas son correctas y perfectas 
en tanto que todas proporcionan experiencia y aprendizaje, de una forma u
 otra.
 
Este tipo de micro cambios de realidad 
están potencialmente disponibles para todos nosotros, no son cosas de 
ciencia ficción o de yoguis híper avanzados espiritualmente. Se hacen 
con la simple intención, visualización y orden a otras partes de 
nosotros mismos para tomar microsurcos alternativos ante cualquier 
situación que se nos plantee y que queramos manifestar o no manifestar. 
Imagina, visualiza e intenciona, que del resto se encargan otros 
procesos que automáticamente rigen la manifestación de lo intencionado.
  
Una enorme caja de herramientas
La
 caja de herramientas a nivel de potenciales y habilidades que todos 
poseemos es tremendamente versátil, sin embargo, lo que más cuesta, 
paradójicamente, cuando tratas de enseñar a alguien a usarlas, no es que
 aprenda a hacerlo, sino que se crea que, literalmente, posee este tipo 
de herramientas. Sabemos que es por condicionamiento, programación, y 
por la cantidad de patrones que ponen topes al autoconocimiento de 
quienes somos y de cómo estamos hechos, en 
nuestras esferas mentales y en nuestro 
patrón conductual,
 pero eso no quita que intentemos hacer el esfuerzo para darnos cuenta 
que hay una serie de razones por las cuales estamos aquí, y, entre 
ellas, está el usar este plano y esta realidad como un laboratorio de 
autoaprendizaje y de juego evolutivo, para aprender a crear, y en el que
 nada es real, y como nada es real sino una construcción energética que 
tiene apariencia de realidad sólida, todo se puede modificar y cambiar, y
 lo único que lo impide es que no creemos que las cosas se pueden 
modificar y cambiar.
 
No nos creemos inconsciente y
 subconscientemente que tenemos el potencial ilimitado para crear y 
modificar la realidad en la que existimos, que literalmente no es más 
que un holograma, una proyección holocuántica que generamos desde 
nuestra glándula pineal con el contenido de nuestros cuerpos mentales y 
emocionales, con el contenido de los programas de nuestra mente y con el
 contenido de los patrones de nuestra personalidad, pero que es 
manipulable y volátil, tanto es así que, quizás, un día nos sorprenda 
saber que hasta el cielo azul que creemos ver no es más que un holograma
 proyectado sobre nuestras cabezas, que, quizás, en algún momento, nos 
desenchufen para darnos cuenta de cómo, en realidad, nada era lo que 
creíamos que era y que los operadores de efectos especiales del show de 
Truman que pertenecen a las razas que gestionan el escenario mantienen 
como medida de encapsulamiento de una realidad consensuada para la 
gestión del planeta, pero no porque sea así en verdad, sino que así, 
simplemente, es como está diseñado este decorado particular que nos 
envuelve.
Es todo cuestión de creencias
Al
 ser el centro de nuestra realidad particular, somos proyectores de la 
misma, y por tanto, podemos modificarlo. Solo nos impide hacerlo las 
creencias limitadoras de que no podemos hacerlo y el hecho de aceptar de
 forma natural una realidad artificial consensuada para todos. Si no hay
 creencias limitadoras, topes y programas de restricción en la psique 
que nos inculcan la idea de que somos seres limitados, no hay 
limitaciones que valgan dentro de tu propia burbuja, y solo estarás 
limitado por las reglas de la realidad común que todos los habitantes 
del planeta hemos aceptado como holograma de referencia para el juego en
 el que estamos.
Al acceder y despertar el propio 
potencial interior, empezando por empezar a trabajar con nuestra mónada,
 chispa divina, partícula primordial o esencia como fuente infinita de 
potencial que es, podemos cambiar nuestras creencias limitadoras por 
creencias expansivas, y por la visión real de que el escenario en el que
 vivimos no es más que eso, una proyección de energía que toma la forma 
que el proyector desee que tome. Sería divertido que nos dejaran cambiar
 la posición que tiene Altair en el decorado cielo, y subirle cuarenta 
veces de golpe la potencia de iluminación,  pero habría un caos en la 
realidad científica terrible, al ver  como la estrella Altaír de repente
 se ha convertido en “supernova” y se ha movido a otro punto de la 
bóveda celeste… peores cosas nos han cambiado y por estar mirando la 
tele ni nos hemos dado cuenta :—).