Respirar conscientemente para alargar nuestra vida.
En la Medicina Tradicional Tibetana
existe un ejercicio de respiración, relacionado con el yoga, que nos
permite limpiar de impurezas nuestros canales, incluidas nuestras venas y
arterias. El ejercicio se conoce como tsa-rlung, o energía vital para
los canales.
Esta técnica permite mantener el
equilibrio de las tres energías: viento, bilis y flema, y en caso de que
éstas estuvieran desequilibradas, prevenir e incluso curar los
desórdenes asociados.
La mejor postura para realizar esta
técnica es sentado con las piernas cruzadas y la espalda recta, con las
manos relajadas a la altura del ombligo, y la mano izquierda bajo la
derecha. Esta postura nos permite conectar con nuestro estado interior.
En esta postura nos concentramos en relajarnos y, en la medida que nos
vamos relajando, nos centramos en controlar nuestra mente.
Desde esta postura iniciamos la técnica:
Equilibrio de energía viento:
con el índice cerramos la cavidad nasal derecha y respiramos, de forma
natural, por la izquierda. Visualizamos una energía oscura, relacionada
con el veneno mental deseo y apego, que procede de nuestras caderas,
sube por el ombligo, el pecho y llega a la garganta. Exhalamos esa
energía fuera de nosotros, sintiendo que la misma se disuelve en la
tierra.
Ahora inhalamos y visualizamos la energía concentrada de los cinco elementos en una esencia. Esa energía
al inhalar pasa por nuestra cavidad nasal izquierda, baja por la
garganta, llega al corazón y se expande por todo nuestro cuerpo, supliendo de energía todos nuestros órganos y aumentando nuestra vitalidad.
Repetimos tres veces la visualización, utilizando para la energía viento el canal izquierdo.
(Para más información sobre los 5 elementos, podéis acudir a la publicación Uso de elementos en la Medicina Tibetana)
Equilibrio de energía bilis:
con el índice cerramos la cavidad nasal izquierda y respiramos
naturalmente por la cavidad derecha. Visualizamos una energía oscura
amarilla con trazas rojas relacionada con la ira, que procede de la
vesícula biliar, sube por el ombligo, llega a la garganta y sale por la
nariz. Exhalamos esa energía fuera de nosotros, sintiendo que la misma
se disuelve en la tierra.
Ahora inhalamos y visualizamos la energía
concentrada de los cinco elementos en una esencia. Al inhalar, esa
energía entra por nuestra cavidad nasal derecha, baja por la garganta,
llega al corazón, baja al ombligo y llega hasta la vesícula biliar,
liberando todo bloqueo. Sentimos que el odio, la ira se disuelve.
Repetimos tres veces la visualización, trabajando la energía bilis por el canal derecho.
Equilibrio de energía flema: ambas
manos caen a la altura del ombligo, la mano izquierda bajo la derecha, y
los pulgares se tocan. Visualizamos una energía sucia grisácea
relacionada con la ignorancia, procedente del cerebro. Esa energía
avanza desde el cerebro, llega a nuestra nariz y es expulsada al exhalar
por ambas fosas. La energía se disuelve en la tierra.
Ahora inhalamos y visualizamos la energía
concentrada de los cinco elementos en una esencia. Esa energía al
inhalar pasa por ambas cavidades, se une en el punto central y llega
hasta nuestro cerebro. La energía nos llena de alegría y con ella eliminamos tensión, problemas de memoria, dolor de cabeza y depresión.
Repetimos tres veces la visualización, trabajando la energía flema por el punto central.
Esta técnica es recomendable hacerla por la mañana, aprovechando la energía fresca del nuevo día. Si somos constantes en la práctica de la misma veremos como los desequilibrios nos eluden y como nuestra vida se llena de alegría, tranquilidad y nuestro cuerpo está más energético.
Fuente: Escuela de Medicina Tibetana