sábado, 12 de diciembre de 2015

En busca de la serenidad



Dondequiera que vayamos, la mente estará con nosotros. Con quien quiera que estemos, la mente estará con nosotros.
En una ocasión le preguntaron al gran sabio indio Ramana Maharshi a qué había que renunciar y repuso: "A lo único que hay que renunciar, es a la estupidez de la mente y a la idea de posesión". La gente corre hacia un guía espiritual para que libere su mente, sin darse cuenta de que sólo uno mismo puede liberarla, pues uno tiene que encender la propia lámpara interior. Por minoría de edad emocional, la gente persigue líderes de todo tipo, ídolos de barro, desaprensivos y burdos farsantes o mercenarios del espíritu, todo con tal de no asumir la propia responsabilidad del cambio interior, dando vueltas de aquí para allá, pero arrastrando los oscurecimientos de la mente. 
Te vas a la India o a la isla de Pascua o al Machu Picchu, pero arrastrando la misma mente, acarreando los mismos impedimentos mentales.
 
Estos impedimentos mentales, también conocidos como oscurecimientos de la mente y que distorsionan el discernimiento y frustran el entendimiento correcto, son: el apego a las ideas, puntos de vista, interpretaciones y estrechas opiniones. 
No hay peor apego. Velan la visión mental y la oscurecen. Por el apego a las ideas se llega a matar.
Los venenos emocionales o tóxicos mentales, como el odio, los celos, la envidia, la rabia, el resentimiento, la soberbia y tantos otros, que nacen de la ofuscación y conducen a la misma.
Los condicionamientos del subconsciente, es decir, las heridas inconscientes que arrastramos, las frustraciones y los traumas, todas esas huellas subliminales que perturban el pensamiento, condicionan la visión e impiden la lucidez y el sosiego.

No hay ningún sitio adonde ir tan importante como la propia mente, para examinarla y purificarla, para poner un poco de orden en la misma y sanear su trasfondo. La verdad está aquí y ahora, y aquí y ahora debe comenzar el trabajo sobre uno mismo para hallar el equilibrio y el sosiego.

 De la mente oscurecida, sólo pueden brotar desdicha, insania y malestar propio y ajeno. El maestro, el líder, el guía, está dentro de uno mismo, aunque otra persona nos pueda procurar métodos y claves para hallarlo en nuestro interior. Si la mente logra estar atenta y serena, la verdad se percibe en todo lugar y a cada momento.
Damos vueltas atolondradamente, porque la mente está aturdida; es lo que los yoguis denominan "lavar manchas de sangre con sangre". Tenemos que ser cuidadosos para no convertir en escapes o subterfugios lo que imaginamos como medios de búsqueda o autodesarrollo. Unos meditan para escapar; otros, para enfrentarse a sí mismos y realmente superarse. Unos hacen de la vida espiritual un placebo y otros, una búsqueda real e intrépida. No hay mayor renuncia, que la renuncia a los modelos estereotipados de la mente y a las raíces insanas de la misma: la ofuscación, la avidez y el odio. Éstas pueden disolverse cultivando las raíces de lo saludable: la lucidez, la generosidad y el amor. 

En el escenario de la mente se celebra el juego de la libertad interior.

Ramiro Calle
de El libro de la serenidad

¿POR QUÉ MEDITAR?

Durante miles de años la gente ha utilizado la meditación para ir más allá de los pensamientos estresantes de la mente y los trastornos emocionales, hacia la paz y la claridad de la conciencia del momento presente. La variedad de técnicas de meditación, las tradiciones y las tecnologías son casi infinitas, pero la esencia de la meditación es una sola: el desarrollo de la conciencia y la conciencia expandida.
Estos son los regalos más preciados de la meditación, sin embargo, las personas se sienten atraídas inicialmente a la meditación por muchas razones diferentes. Algunas personas empiezan a meditar por alguna recomendación médica, buscando obtener beneficios de salud relacionados con su presión arterial, reducción de estrés o para lograr tener un sueño reparador. Otros se acercan a la meditación buscando alivio a pensamientos dolorosos, de miedo o de enojo que se encuentran constantemente en su mente. Y otros se acercan a la meditación para lograr una mayor comprensión de  si mismos o para mejorar su habilidad de concentración.
Es preciso decir que el propósito de la meditación depende del meditador, pero también es cierto que cualquier persona que medita regularmente recibe beneficios profundos en todos estos niveles, físico, mental, emocional y espiritual.

Estos son sólo algunos de los beneficios:
  • Alivio del estrés y la ansiedad (la meditación mitiga los efectos de la respuesta de "lucha o huida" la disminución de la producción de las hormonas del estrés, como el cortisol y la adrenalina)
  • Disminución de la presión arterial e hipertensión
  • Disminución en los niveles de colesterol
  • Obtenemos un uso más eficiente del oxígeno que es utilizado por nuestro cuerpo
  • Aumento de la producción de la hormona DHEA anti-envejecimiento
  • Un sueño reparador.

  • Un importante estudio realizado por el Hospital General de Massachussetts encontró que tan sólo ocho semanas de meditación no sólo ayudaron a que la gente se sienta más tranquila, si no que también se produjeron cambios en varias áreas del cerebro, incluyendo el crecimiento en las áreas asociadas con la memoria, la empatía, el sentido de sí mismo y la regulación del estrés.

Dr. Deepak Chopra
The Chopra Center

jueves, 10 de diciembre de 2015

Percibir la Naturaleza desde la quietud



Cuando percibes la naturaleza sólo a través de la mente, del pensamiento, no puedes sentir su plenitud de vida, su ser. Sólo ves la forma y no eres consciente de la vida que la anima, del misterio sagrado. El pensamiento reduce la naturaleza a un bien de consumo a un medio de conseguir beneficios, conocimiento, o algún otro propósito práctico. El antiguo bosque se convierte en madera; el pájaro, en un proyecto de investigación; la montaña, en el emplazamiento de una mina o en algo por conquistar.

Cuando percibas la naturaleza, permite que haya espacios sin pensamiento, sin mente. Cuando te acerques a la naturaleza de este modo, ella te responderá y participará en la evolución de la conciencia humana y planetaria.
Nota lo presente que está la flor, lo rendida que está a la vida.

La planta que tienes en casa…, ¿la has mirado detenidamente alguna vez? ¿Has permitido que ese ser familiar pero misterioso que llamamos planta te enseñe sus secretos? ¿Te has dado cuenta de lo pacífica que es, de que está rodeada de un campo de quietud? En el momento en que te das cuenta de la quietud y de la paz que emana, esa planta se convierte en tu maestra.

Observa un animal, una flor, un árbol, y mira cómo descansan en el Ser. Cada uno de ellos es él mismo. Tiene una enorme dignidad, inocencia, santidad. Sin embargo, para poder ver esto, tienes que ir más allá del hábito mental de nombrar y etiquetar. En el momento en que miras más allá de las etiquetas mentales, sientes la dimensión inefable de la naturaleza, que no puede ser comprendida por el pensamiento ni percibida por los sentidos. una armonía, una sacralidad que, además de compenetrar la totalidad de la naturaleza, está dentro de ti.

El aire que respiras es natural, como el propio proceso de respirar.

Dirige la atención a tu respiración y date cuenta de que no eres tú quien respira. La respiración es natural. Si tuvieras que acordarte de respirar, pronto morirías, y si intentaras dejar de respirar, la naturaleza prevalecería.
Reconecta con la naturaleza del modo más íntimo e interno percibiendo tu propia respiración y aprendiendo a mantener tu atención en ella .Esta es una práctica muy curativa y energetizante. Produce un cambio de conciencia que te permite pasar del mundo conceptual del pensamiento al ramo de la conciencia incondicionada.

Necesitas que la naturaleza te enseñe y te ayude a reconectar con tu Ser. Pero tú no eres el único necesitado; ella también te necesita a ti.

No estás separado de la naturaleza. Todos somos parte de la Vida Una que se manifiesta en in-contables formas en todo el universo, formas que están, todas ellas, completamente ínterconectadas. Cuando reconoces la santidad, la belleza, la increíble quietud y dignidad en las que una flor o un árbol existen, tú añades algo a esa flor o a ese árbol. A través de tu reconocimiento, de tu conciencia, la naturaleza llega a conocerse a sí misma. ¡Alcanza a conocer su propia belleza y sacralidad a través de ti!

Un gran espacio silencioso contiene en su abrazo la totalidad del mundo natural. Y también te contiene a ti.
Sólo mediante la quietud interior tienes acceso al reino de quietud en el que habitan las rocas, las plantas y los animales. Sólo cuando tu mente ruidosa se queda en silencio puedes conectar profundamente con la naturaleza y sanar la separación creada por el exceso de pensamiento.

Pensar es una etapa en la evolución de la vida. La naturaleza existe en una quietud inocente que es anterior a la aparición del pensamiento. El árbol, la flor, el pájaro o la roca no son conscientes de su propia belleza y santidad. Cuando los seres humanos se aquietan, van más allá del pensamiento. La quietud que está más allá del pensamiento contiene una dimensión añadida de conocimiento, de conciencia.

La naturaleza puede llevarte a la quietud. Ése es su regalo para ti. Cuando percibes la naturaleza y te unes a ella en el campo de quietud, éste se llena de tu conciencia. Ése es tu regalo a la naturaleza.

A través de ti, la naturaleza toma conciencia de sí misma. Es como si la naturaleza te hubiera estado esperando durante millones de años.

Eckhart Tölle