sábado, 17 de octubre de 2015

La receta de la infelicidad

Ánimo, ¡tú también puedes arruinar tu vida!

¿Por qué hay gente que actúa como si quisiera ser infeliz?
¿Sabrías reconocer si eres uno de ellos?.
Esta es la pregunta de la psicóloga y terapeuta familiar Cloe Madanes, que tras mucho investigar ha demostrado algo que ya sospechábamos: algunas personas no son infelices sólo por su contexto o situación personal sino que incluso “se esfuerzan” para conseguirlo.
No son pocas las personas que se privan conscientemente de ser felices. Un lujo que no pueden permitirse, ni por educación ni por cultura ni por religión. Es más, muchos de ellos se sienten culpables en el mismo momento en el que experimentan una situación de bienestar, como si se tratase de un pecado capital. Como si socialmente no estuviese bien visto o fuese una reacción egoísta para con los suyos. El mundo debe ser gris para ellos, disfrutar de la vida no está en su hoja de ruta.

Reflexiona, por ejemplo, sobre las veces que intencional e inexplicablemente realizamos cosas que nos hacen infelices. Increíble pero cierto.

Hace unos meses Harvard Business Review escribió un artículo relacionado a este tema en el que comentaban que es lo que nos hace ser infelices. Y es que muchas veces es mucho más fácil identificar aquello que no nos gusta que aquello que nos gusta. De igual modo, en este post vamos a ofrecer una relación de consejos sobre cómo sería posible alcanzar la infelicidad y quizás de este modo, evitarlos.

En un ejercicio de psicología inversa y con un poco de humor “ácido” la doctora Madanes nos aporta una “receta perfecta” para conseguir ser infelices y desgraciados. Prestar atención pero cuidado ¡No la practiques en casa!
1. VIVE PREOCUPADO POR EL DINERO.
¿Has notado que algunas personas sólo hablan de dinero?. De cuánto han ganado, de cuánto se han gastado, de cuánto han ahorrado. El valor de las cosas y las experiencias lo miden en euros. El dinero no da la felicidad, está demostrado. Sólo ayuda cuando gracias a él consigues acceder a los bienes indispensables para vivir. A partir de ahí, el dinero poco tiene que ver con tu sonrisa.
Psicólogos de la Universidad de Valencia, encontraron que cuando el miedo a perder el trabajo aumenta, las personas se sienten menos satisfechas con sus vidas personales, y con menos compromiso en el trabajo.
Si a esto le sumamos el contexto de crisis y el miedo a perder el empleo o ver reducidos nuestros sueldos podemos conseguir un estado permanente de estrés.
Y lo mejor de todo, puede incluso que no perdamos el empleo pero que nos mantengamos de por vida en un trabajo que odiamos por miedo a no encontrar uno mejor. O que tengamos el empleo que tengamos, nos quejemos simplemente del mero hecho de tener que trabajar. Si quieres ser un amargado, ¡enhorabuena!, estás en el contexto socio-político adecuado.
2. PRACTICA EL TEDIO Y LA INACTIVIDAD.
De acuerdo a un estudio realizado por sociólogos de la Universidad de Maryland, las personas que dedican su tiempo a ver la televisión son más infelices. Los datos demostraron que las personas ven la televisión 20% más que las personas felices.
Pero el hábito de ver la televisión puede ofrecer un placer inmediato, ya que la televisión suele ser una actividad pasiva que actúa como una vía de escape para los espectadores.
¿Por qué vivir y experimentar cuando puedes ver por televisión cómo viven y experimentan otros sin tener que correr tú ningún riesgo?.
Cultiva el pensamiento de que la vida no es excitante, que no llegarás más lejos, que no esperan sorpresas ni aventuras y actúa en consecuencia. En definitiva, no actúes porque da lo mismo. No votes, si no va a cambiar nada.
Con un poco de suerte tú mismo te convertirás en un aburrido y la gente te evitará. Gracias a esto ya no tendrás que esforzarte en esquivar amigos y familiares pesados y podrás quejarte a gusto de tu injusta soledad.

3. EVITA EL HUMOR.
Carecer de humor es carecer de humildad, es estar demasiado inflamado de uno mismo. La vida es seria, la vida necesita de orgullo enconado y no está para bromas. Infeliz pero hinchado de soberbia.
Etimológicamente la palabra divertirse remite a la acción de salirse del vértice, es decir, a la ruptura con el orden cotidiano de significados.
Serás muy infeliz pero serás una persona seria si consigues no tomar nada a broma, todo debe estar sujeto a la máxima tensión y concentración, los fallos no tienen excusa aún en los detalles más insignificantes. Debes ser perfeccionista y exigir perfección.
Asegúrate de que tienes una larga lista de críticas hacia los demás y expónselas siempre que puedas, sobre todo si logras hacerlo de una manera levemente hiriente para que quede clara tu opinión.
La gente no soporta que le digas las cosas directamente pero puedes usar el sarcasmo para que duela sin que puedan enfadarse contigo. Prueba. Tan sólo suéltalo y quédate a gusto.

4. CREA UNA IDENTIDAD NEGATIVA.
Lleva tu negatividad más lejos y no te conformes con situaciones transitorias: convierte cualquier problema en tu propia identidad y el leitmotiv de tu vida.
Si estás deprimido, es que eres una “persona deprimida”, si te sientes enfadado, “es que eres un irremediable gruñón”. Si sientes que sufres ansiedad en situaciones sociales trasfórmate en “una persona fóbica”. De este modo tu percepción negativa alcanzará la totalidad de tu ser más allá de una situación puntual y transitoria.
Esta etiqueta te permitirá estar siempre alerta y que ninguna sensación o situación negativa se te escape.

5. DESCONFÍA DE TODOS.
Atribuye malas intenciones a aquellos que te rodean. Por si acaso.
Ya sabes lo que dice el refrán: “piensa mal y acertarás“. Ya sabes lo que dice la canción: “No mires a los ojos de la gente me dan miedo, mienten siempre“.
Suelen ser falsos, actuar por interés, por sentirse superiores, porque te quieren engañar o porque te tienen envidia. La lista de combinaciones es infinita, cualquier cosa con tal de no creer que la gente puede actuar movida por la bondad o el altruismo. Tan sólo hay que ver las noticias para hacerse una idea del mundo en que vivimos.

6. TÚ SIEMPRE TIENES LA RAZÓN. DISCUTE PARA DEMOSTRARLO.
Es, además, una genial manera de quedarse solo. Si tienes pareja, transforma la convivencia en un drama y comienza a quejarte, gritar o llorar por cualquier detalle que no se ajuste a tus deseos.
Que no te hagan cambiar de idea. Sé tajante, dañino y si censuran tu comportamiento niega que hayas hecho tal cosa o modela tu recuerdo según tu conveniencia.
El trabajo, la calle y sobre todo conduciendo el coche también pueden ser excelentes situaciones para poner este comportamiento en práctica. Demuestra a todos que eres el mejor y no piensas ceder ni un milímetro en tus ideas o acciones.

7. PRACTICA LA INGRATITUD ACTIVA.
Varios estudios muestran que quien sabe dar las gracias es más feliz, así que ni se te ocurra hacerlo. La vida es sufrimiento y luego nos morimos, así que ¿por qué estar agradecido por lo poco que recibimos?
Cuidado, tus familiares y amigos pueden sabotear este plan recordándote que deberías dar las gracias por lo que tienes. No caigas en sus trampas. Ante esto, rescuérdales cómo de imperfecto es todo aquello por lo que supuestamente debes estar agradecido y haz una lista de defectos colaterales. Sé inflexible en este punto, se empieza con un pequeño “gracias” y se puede acabar sonriendo un lunes.

8. TRANSFORMA A TU PAREJA ANTES DE QUE ELLA TE TRANSFORME.
Lo importante no es buscar la pareja perfecta sino la pareja en el contexto perfecto. Es decir, con dinero, posición social o aquella que tus amigos o familiares valoren más.
Después, trata de cambiar su personalidad. Es más sencillo cambiarla a ella que cambiar todo lo demás. Convéncete de que lograrás mejorarlo o curar su “carácter”. Niega cualquier posible evidencia de que esto nunca ocurrirá y sigue firme en tu idea. Tu pareja debe amoldarse a ti y ser infeliz a tu lado. No hay nada peor que tener que aguantar la sonrisa ajena cuando la vida te golpea.

9. QUÉJATE. QUÉJATE MUCHO. 
Quien no llora… ya sabes. Hay quienes se conforman con lo que tienen. Puede que sean felices pero.. ¿qué más obtienen? Nada. Si quieres conseguir cosas debes quejarte, exigir.
Modela los pensamientos negativos y exprésalos constantemente en forma de lamento y peticiones.
Haz que se apoderen de tu día a día para transformarlos en un hábito y así te será más fácil generarlos. Si eres constante llegará un momento en el que te salgan solos y sea imposible no ver algo malo de todo.

10. CULPA A TU FAMILIA. O A QUIEN SEA.
Elude toda culpa y atribúyesela a los otros. De este modo, cualquier posibilidad de mejora y paz interior se disipan pero ganas en pérdida de responsabilidad. Si todo falla, la culpa es de tus padres. O tus hermanos. O tu mujer. O tus hijos.
Culpar a otros es un arte en la ruta hacia la infelicidad pues posa las riendas de tu felicidad en ellos. No eres feliz por culpa de ellos lo cual te libra de actuar. Serás infeliz, pero lo ibas a ser de igual modo y así, al menos tendrás una gran excusa.

11. LAS CELEBRACIONES SON UNA VULGARIDAD.
Celebrar placeres como la música, el vino o la gastronomía es de personas frívolas. Recuerda que mientras tu celebras tu mísera vida el mundo está lleno de injusticias, pobreza, muerte y devastación.
No hay nada que celebrar. La belleza de la naturaleza, con sus atardeceres y paseos por la playa son solo consuelo para pobretones.
Por no hablar de las ridículas convenciones sociales, las reuniones de familia y amigos y en general, la alegría de vivir.

12. NO HAGAS NADA QUE NO VAYA EN TU BENEFICIO.
Piensa qué puedes sacar de determinada situación y actúa siempre buscando algún beneficio. Que no te engañen, quien no se aprovecha es porque no puede ¿verdad?.
Y quien puede y no quiere es tonto. Y claro, no lleves a cabo ninguna actividad de caridad o ayudes a alguien por puro altruismo, una palabra que se inventaron los que no pueden solucionar sus propios problemas y quieren que se los solucionemos los demás.
Diversos estudios muestran que ser altruista es bueno para la salud y para la felicidad pero no caigas en la tentación, evítalas o acabarás dedicando tu vida a algo más que a ti mismo.

13. GLORIFICA EL PASADO, EVITA EL PRESENTE Y DEMONIZA EL FUTURO.
Según un estudio de la revista Science, la mayoría de las personas emplea hasta el 46,9% de las horas de vigilia en pensamientos que nada tienen que ver con lo que está haciendo en esos momentos. Esta forma de “divagación mental” produce, además, sentimientos de infelicidad.
Bajo el título A Wandering Mind is an Unhappy Mind (“Una mente errante es una mente infeliz”), los psicólogos Matthew A. Killingsworth y Daniel T. Gilbert, de la Universidad de Harvard, diseñaron un estudio para poner a prueba la idea de que la felicidad está en vivir el momento, defendida por ciertas tradiciones filosóficas y religiosas, que además centran su práctica en entrenar a la mente para resistir a esta tendencia del pensamiento errante y concentrarse en “el Aquí y el Ahora”.
Si no quieres acabar como esos monjes con la cabeza rapada, recuerda: cualquier tiempo pasado fue mejor y el futuro será un infierno… tan sólo hay que mirar el presente para darse cuenta de ello.
Concéntrate en cómo en tu infancia todo era más tranquilo, no había esta sociedad hostil y corrupta de hoy en día. Antes de ir a la universidad el instituto era una fiesta constante. Antes de casarte la vida tenía retos y oportunidades y ahora estás encerrado en esta vida deprimente y sin salida.
Trabaja en esa línea de pensamiento para llegar a la tristeza y victimización máxima. Si no funciona y no estás lo suficientemente agobiado, también es útil demonizar el pasado: naciste en el lugar equivocado, tienes varios traumas y situaciones terribles que recordar en el momento más inoportuno… No desistas, la infelicidad está al alcance de todos. Incluso la tuya.

Esta es la receta perfecta y los consejos de los psicólogos para ser infeliz. Pero… ¡MUCHO CUIDADO!:
¿Estás seguro de no estar practicando alguno de sus ingredientes?

Diseño Social

viernes, 16 de octubre de 2015

“No es tan fácil”: Personas que tienen un problema para cada solución


Hay personas que tienen un problema para cada solución. Su frase preferida es: “No es tan fácil”. Son personas pesimistas, que solo ven los aspectos negativos de las situaciones y son incapaces de aceptar las cosas positivas, aunque las tengan justo delante de sí. Incluso se molestan cuando intentas ayudarles y les das una posible solución.

Estas personas desestiman cualquier esfuerzo que hayas hecho al decir “No es tan fácil”. Y con esa frase también están diciendo que en realidad no les conoces ni les comprendes, por lo que sería mejor que no opinaras. También están diciendo que todavía no están preparados para cambiar y que sus quejas tienen una impronta puramente catártica, porque en realidad no desean resolver nada. 

Sin embargo, la verdad es que la vida es tan fácil o tan complicada como quieras hacerla. Es cierto que todos somos únicos y que cada quien vive circunstancias diferentes, pero los verdaderos límites se encuentran en nuestra mente: nuestras creencias, ideas preconcebidas y hábitos son los principales obstáculos para seguir avanzando.

El elefante que no era consciente de su fuerza

Había una vez un elefante enorme, que todas las noches se presentaba en el circo haciendo gala de una fuerza descomunal. Sin embargo, después de la actuación permanecía atado a una pequeña estaca clavada en el suelo con una cadena que aprisionaba una de sus patas. Curiosamente, la estaca era solo un minúsculo pedazo de madera enterrado pocos centímetros en el suelo. Aunque la cadena era gruesa, era obvio que un animal capaz de arrancar un árbol con su fuerza, podría liberarse con facilidad de esa estaca y huir. ¿Por qué no lo hacía?

El elefante se mantenía en el circo porque había estado atado a una estaca parecida desde que era pequeño. En aquel momento, luchó con todas sus fuerzas por zafarse, día tras día, pero no lo consiguió porque la estaca y la cadena eran mucho más fuertes que él. Así, terminó dándose por vencido.

Y una vez que fue grande y fuerte, seguía pensando que no podía escapar. Jamás volvió a cuestionar ese recuerdo y no ha vuelto a poner a prueba su fuerza. Por lo que sigue pensando que escapar no es tan fácil.

Al igual que el elefante, muchas personas piensan que asumen una postura objetiva cuando dicen que no es tan fácil. Piensan que los demás son demasiado positivos, ingenuos o que no les conocen lo suficiente. Sin embargo, lo que les sucede es que están demasiado involucrados emocionalmente en la situación y no son capaces de valorar otras alternativas ni pensar con claridad. 

En realidad, la vida es sencilla, somos nosotros quienes la complicamos, a veces demasiado y sin siquiera darnos cuenta. De hecho, hay personas que logran cambiar vida, dejar todo atrás y mirar hacia el futuro, mientras otras en su misma condición, se mantienen atadas a una existencia que no les satisface, solo porque creen que no es tan fácil, porque se han rendido antes de presentar batalla.

¿Qué se esconde detrás de pensar que no es tan fácil?

Un gran miedo. En realidad, esta frase esconde un gran miedo, es una excusa para no tener que hacer nada y mantener el estado de las cosas. También encierra una resistencia al cambio. En realidad, esa persona todavía no está preparada para dar el paso decisivo, por lo que se engaña diciéndose que esa solución no está hecha a su medida y no funcionará. Y lo peor es que ni siquiera la ha considerado porque el miedo se lo ha impedido, simplemente la ha rechazado, como una persona con aracnofobia puede escapar de las arañas, sin pensar.

Una actitud derrotista. Con esta frase esa persona afirma que como el camino es tan complicado, quizás es mejor no emprenderlo. Es como si hubiese analizado la relación sacrificio/beneficio para concluir que no vale la pena. Solo que en realidad nunca tomó en cuenta la solución, porque la asumió con una actitud derrotista, se dio por vencido antes de comenzar. Obviamente, nadie pone en duda que los grandes cambios no son fáciles, pero ello no debe ser una excusa para no dar el primer paso. Recuerda que el primer paso no te lleva a donde quieres ir, pero te saca de donde estás.

- Una visión demasiado egocéntricaCada quien se considera único y especial, y de cierta forma todos lo somos. Sin embargo, también somos muy parecidos a los demás, las situaciones que estamos viviendo no son muy diferentes a las que han tenido que enfrentar o están enfrentando otras personas en otros lugares del mundo. De hecho, hay quienes han vivido situaciones peores y han encontrado la fuerza para cambiar o dejar todo atrás, mientras otras personas simplemente continúan pensando que no es tan fácil y se mantienen ancladas a una situación que las va desgastando lentamente. Recuerda que, al fin y al cabo, todo es cuestión de perspectiva.

- No estar dispuesto a renunciar a ciertas cosas. En las últimas décadas la sociedad ha transmitido una idea errónea, nos ha hecho creer que podemos tener todo sin renunciar a nada y con un mínimo esfuerzo. Esta idea ha calado en la mente de muchas personas, a las cuales les aterra la posibilidad de tener que renunciar a ciertas cosas. Por eso prefieren decir que no es fácil, porque piensan que renunciar es sinónimo de perder o fracasar. Sin embargo, para avanzar siempre hay que dejar algo atrás.

¿Cómo liberarse de esa idea?

1. Estar realmente dispuestos a cambiarA primera vista puede parecer un contrasentido pero hay personas que se quejan solo por el placer de lamentarse, para asumir una actitud de víctimas, pero en realidad no pretenden solucionar nada. Por eso, si dices a menudo frases como “no es tan fácil” ante cualquier propuesta, es porque, en el fondo, aún no estás preparado para dar el paso. Te resistes a moverte porque algo aún te ata lo suficientemente fuerte, aunque quizás no sabes de qué se trata. 

2. Dejar de pensar en términos de pérdidaPara seguir adelante, hay que dejar cosas atrás, cosas que quizás son importantes pero que no puedes llevar contigo. Esas cosas a las que renuncias son las que te permiten crecer. De hecho, debes comenzar a pensar en la vida como en un camino, no puedes cargar todo en tu mochila porque el peso te agotará y no te permitirá llegar hasta el final. Debes elegir sabiamente las cosas que realmente necesitas y deshacerte de las que son un peso muerto. 

3. Asumir lo difícil como un reto. Para lograr grandes cosas, es necesario hacer algunos sacrificios y esforzarse. Habrá obstáculos en el camino, pero son precisamente esas barreras las que te permitirán crecer. De hecho, recuerda que no maduramos con los años sino con los daños. Aprende a asumir esos obstáculos como desafíos, como oportunidades para crecer.

Psicologia/Jennifer Delgado

10 frases geniales para dejar de preocuparte por lo que los demás piensan de ti


Aprendemos a ser nosotros mismos a través de los demás. Primero nos miramos en los ojos de las personas que nos rodean, como nuestros padres, y después nos formamos una idea bastante imprecisa de quiénes somos. A lo largo de los años, esa idea se va perfilando mejor, en parte gracias a las personas que encontramos en nuestro camino. Estas nos van dando pistas que confirman o refutan nuestra autopercepción. En ese proceso se forma nuestra personalidad.

El principal problema radica en que los demás se convierten en maestros alfareros que contribuyen a moldear nuestra autoestima y autoconfianza, aunque no sepan cómo hacerlo y a menudo ni siquiera sean plenamente conscientes de ello.

Obviamente, el problema surge cuando le prestamos demasiada atención a las opiniones de los demás, cuando nos preocupamos excesivamente por lo que piensan de nosotros, hasta tal punto que tomamos decisiones importantes motivados solo por el deseo de agradar o encajar.

Por supuesto, no podemos desentendernos por completo de las opiniones de los demás, porque somos seres eminentemente sociales. Sin embargo, cuando te importa más el qué dirán que tu satisfacción, cuando priorizas la aceptación de los demás sobre tu propia felicidad, entonces, antes o después, tu camino se torcerá y cuando mires a tu alrededor, solo verás insatisfacción.

Por eso es fundamental encontrar un justo equilibrio entre la persona que queremos ser, y la persona que los demás quieren que seamos. No es fácil, pero el camino vale la pena. 

10 grandes personajes, 10 grandes frases para ser auténtico


1. Los ojos de los demás son nuestras cárceles, sus pensamientos nuestras jaulas. - Virginia Woolf

La gran escritora, que terminó suicidándose, sabía muy bien de qué hablaba, sobre todo porque le tocó vivir en una sociedad donde el mundo literario estaba dominado por hombres. Y es que en muchas ocasiones, el prisma a través del cual nos ven los demás, implica tan solo una visión limitada de nosotros mismos, porque no hay nadie mejor que nosotros mismos para conocer nuestras potencialidades. 

2. No tengo la responsabilidad de ser como los demás esperan que sea. Es su error, no mi defecto. - Richard P. Feynman

Feynman no fue un físico común, si lo hubiera sido, quizás no habría ganado el Nobel. Por eso, nos alerta sobre el peligro de pensar que cuando no cumplimos con las expectativas de los demás, la culpa es nuestra, sentimos que hemos fracasado. A veces esa sensación es tan grande y se enraíza tan adentro, que la arrastramos por toda la vida, sobre todo cuando hemos desilusionado a personas que son importantes para nosotros, como pueden ser nuestros padres. Sin embargo, no cumplir con las expectativas de los demás no es un error y mucho menos un defecto, no debemos dejar que otros pretendan vivir a través de nuestra vida, dándole forma a nuestras aspiraciones.

3. Expresa lo que eres y di lo que sientes, porque a quienes les preocupa no cuentan y a quienes cuentan, no les preocupa. - Theodor Seuss Geisel

El escritor y caricaturista no solo se refería a la autoconfianza sino también al amor y la aceptación. El verdadero amor no pone condiciones, es aquel que acepta a la persona no a pesar de sus defectos, sino también por sus defectos. Las personas que verdaderamente cuentan en nuestras vidas son aquellas que nos empujan a sacar lo mejor de nosotros mismos, las que nos dan ánimos y nos sostienen, no las que intentan atrofiar nuestras potencialidades. 

4. Solo hay una manera para evitar las críticas: no hacer nada, no decir nada y no ser nadie. – Aristóteles

El gran filósofo griego sabía que resulta prácticamente imposible escapar a las críticas, a menos que seas tan insignificante que no despiertes el interés de nadie. Las críticas a menudo están basadas en la envidia, por lo que en muchas ocasiones son simplemente un signo de que vamos por buen camino. Por eso, antes de desmoralizarnos y plantearnos abandonar, debemos considerar si se trata de una crítica constructiva, que nos permita mejorar o, al contrario, es una crítica que solo pretende hacer daño. En ese caso, es mejor hacer oídos sordos.

5. Ser uno mismo, en un mundo que está constantemente tratando de hacer que seas alguien diferente, es el mayor logro. - Ralph Waldo Emerson

El escritor y filósofo que sentó las bases del trascendentalismo nos invita a ser nosotros mismos. Emerson pensaba que todos tenemos un Dios interior y que debemos dejarnos llevar más por la intuición. Por eso, no importa a qué añoremos o qué logremos, siempre y cuando eso nos haga felices. El simple hecho de atreverse a soñar algo diferente e intentar alcanzarlo, expresándonos con autenticidad, es ya un motivo suficiente para sentirnos orgullosos de nosotros mismos. 

6. La recompensa por la conformidad es que le gustes a todo el mundo, excepto a ti mismo. - Rita Mae Brown

La escritora estadounidense no pudo expresarlo mejor. Intentar agradarles a todos y buscar la aceptación y la aprobación de los demás, es el camino más directo hacia la insatisfacción. Cuando adoptamos los sueños de los otros, nos olvidamos de los propios por lo que terminamos atrapados en una vida que no nos satisface porque carece de ilusión y pasión. 

7. Preocúpate por lo que otras personas piensen, y siempre serás su prisionero. - Lao Tzu

El taoísmo ensalza el poder de la persona y, sobre todo, su capacidad para reflexionar y decidir por sí misma. Por eso, no es extraño que de la mano de uno de sus principales filósofos nos llegue esta advertencia: cuando nos sometemos a las expectativas de los demás, cuando dejamos que piensen por nosotros, estamos en sus manos y nos convertimos en una presa fácil de la manipulación emocional. Recuerda que solo puede dañarnos aquello a lo que le damos importancia.

8. Los grandes espíritus siempre encontrarán la violenta oposición de las mentes mediocres. Albert Einstein.

Einstein sabía muy bien de qué hablaba, sabía que desafiar lo establecido no es fácil. Las personas suelen presentar una gran resistencia al cambio, por lo que cualquier idea que desafíe las convenciones, puede representar un peligro. Muy pocos son capaces de ver más allá por lo que intentarán que te detengas. Sin embargo, recuerda que una vocación incumplida, puede drenar el color de toda una vida. 

9. El individuo siempre ha tenido que luchar para no ser aniquilado por la masa. Si lo intentas, a menudo te sentirás solo y a veces asustado. Pero ningún precio es demasiado alto por el privilegio de ser el dueño de sí mismo. - Friedrich Nietzsche

Nadie dijo que el camino hacia la autenticidad fuera fácil. De hecho, encontraremos muchas personas que nos desanimarán y nos invitarán a seguir las reglas preestablecidas. Por eso, a veces podemos sentirnos solos e incomprendidos. Sin embargo, el regalo es enorme porque implica ser dueños de nuestro destino, poder decidir qué queremos hacer con nuestra vida.

10. Tu tiempo es limitado, así que no lo desperdicies viviendo la vida de alguien más. – Steve Jobs

Steve Jobs sabía que tenía cáncer. Durante los años que pasó luchando contra esa enfermedad, tuvo mucho tiempo para reflexionar y dejarnos una enseñanza iluminadora: no dejes que los demás te impongan sus sueños, no intentes satisfacer continuamente sus expectativas porque al final del viaje, será la vida quien te pase factura. El tiempo que tenemos es demasiado corto, por lo que no debemos desperdiciarlo haciendo algo que no nos satisface, simplemente porque los demás lo hacen o porque siempre se ha hecho así.


Psicología/Jennifer Delgado