viernes, 22 de enero de 2016

Biodescodificación

Biodescodificación: primera lección para curar tu cuerpo



Muchas personas están interesadas en sanar sus cuerpos de forma profunda, más rápido y permanente, y aprender esta alternativa natural que es la biodescodificación. Así que vamos a dar algunas lecciones para que empieces a sanar tu cuerpo tomando en cuenta la raíz más profunda que la está generando.

EL CUERPO Y LA ENFERMEDAD
Y lo primero que hay que saber es que el cuerpo es una esponja que absorbe energía no solo de los alimentos, sino de los pensamientos y actitudes. Todo es energía. Todo está conectado. Tus pensamientos son energía poderosa que crecen si los alimentas y les das lo necesario para crecer no solo en tu cuerpo, sino en tu vida.
Cuando el cuerpo entra en desequilibrios y necesita auto-repararse con urgencia, entonces se esfuerza por hacer todo lo que puede por reorganizarse y equilibrarse de nuevo. Este esfuerzo se llama enfermedad. 
Si deseas sanar tu cuerpo o aprender a ser terapeuta o sanador, y ayudar a sanar a los demás, incluso a los animales, plantas y seres que te rodean, debes empezar por no juzgar las enfermedades como algo malo o negativo, porque estarás yendo en contra de la naturaleza del cuerpo, el cual jamás puede estar mal ni expresar nada negativo, el cuerpo solo reacciona ante determinadas circunstancias: si quitas la causa, el efecto se irá.

Encuentra sentido a lo que vives
Ahora bien. Uno de los pasos primeros para empezar a sanar es tomar consciencia de que la enfermedad tiene un sentido biológico. Por ejemplo: la fiebre en una infección sucede como efecto a que el cuerpo aumenta su calor como defensa para que los organismos nocivos mueran. Por eso, cuando hay infección severa, por lo general hay temperatura. Cuando baja la circulación de bacterias o sustancias nocivas, baja la fiebre, porque ya no tiene sentido.

El cuerpo es muy sensible a lo que pensamos y las emociones que sentimos. Cuando enferma, es que hay algo en nuestro sistema de pensamientos o en nuestras emociones que no está, digamos, encontrando “sentido” a lo que se vive, y cuando esto sucede empieza a haber una reacción de  desorden de energía, o un bloqueo o corto circuito en nuestro flujo armónico de energía.
Encontrar sentido en lo que vivimos significa que nosotros nos podemos nutrir de lo que experimentamos día a día, es decir, que las experiencias nos ayudan a fortalecernos y alzarnos en lugar de hacernos decaídos y aumentar las debilidades. Cuando una experiencia nos confronta y sentimos qie nos desnutre o debilita, entonces empieza un caos de energía en el cuerpo y se provoca inestabilidad, confusión, irritabilidad y si esto no se compone, viene la enfermedad.

¿Cómo es que la emoción influye en el cuerpo?
Cuando vivimos una experiencia, esta nos dispara siempre modos de pensar o reaccionar. Cuando de repente te topas con alguien que te hace algo que no te gusta, puedes sentir muchas emociones como enfado, desilusión, injusticia, miedo, ansiedad, sentimientos de violencia, etc. Estas emociones, digamos, son estupendas mensajeras de cosas que tenemos que aprender y trascender en nosotros. Cuando negamos las emociones que nos hacen sentir mal, o pensamos que el problema es del otro, entonces no estamos recibiendo el mensaje de lo que se necesita para nutrir nuestra vida, ni notamos en realidad cuáles son nuestras debilidades para fortalecerlas.
Cuando una emoción como éstas no es escuchada, valorada y trascendida, entonces, digamos que su mensaje se empieza a somatizar en el cuerpo. Somatizar significa que el cuerpo absorbe la energía sutil de la emoción y la empieza a materializar o “coagular” en el cuerpo. Y entonces el cuerpo de repente empieza con síntomas.

Woman with vertigo. Young patient suffering from dizziness
Mira como el cuerpo absorbe tus emociones…
Por ejemplo:: te enfadas con tu pareja porque es indiferente, te habla “feo”, se tarda en estar lista, etc., te deja esperando, etc. Pero no dices nada cuando la ves por no hacer caos o causar desarmonia, por miedo a no perderla o porque piensas que tienes que entenderla. Asi que te callas lo que no te gusta y niegas la emoción o la disfrazas o razonas demasiado hasta enfriarla o anestesiarla con pensamientos como “debo ser comprensivo, no debo pelear, debo estar contento y apoyar”. Le dices “estoy bien” cuando no lo estás. Y entonces, esa emoción de enfado se quedó en ti, frustrada. No encontró sentido. No hubo ningún aprendizaje de lo que viviste, solo represión y negación. ¿Qué hace tu cuerpo? A ti se te olvida quizá, pero al cuerpo no. El mensaje no fue entregado y necesitará expresarse de algún modo.

Lo mismo pasa, por ejemplo, cuando hay algo que te enfada de un vecino, de tus padres, de alguna autoridad. Y puede que tú, en esta ocasión, si seas muy expresivo y expreses tu inconformidad, tu descontento, tu fuerte sensación de injusticia y lo platiques muy acalorado con tus familiares, amigos y demás. Te sientes muy indignado e irritado, y todo llega hasta ahi. No lo puedes solucionar, no sabes cómo, te sientes impotente, no le encuentras sentido a ese enojo, a esa emoción. Si esta se sigue repitiendo en tu vida, y no le encuentras un sentido que te nutra y haga crecer espiritualmente, entonces empezarás a somatizar este enojo e irritación.

¿Y qué pasa entonces?
A los dos días empiezas a sentir dolor de cabeza, o picores en la piel, te estriñes o te duele el estómago. La emoción esta somatizándose.
Por eso se dice que los síntomas y enfermedades hablan de lo que la persona profundamente siente. Porque el cuerpo ha absorbido estas actitudes. Las enfermedades son el resultado de cosas no resueltas en nosotros y que no encuentran “sentido”. Las enfermedades son experiencias no aprendidas ni trascendidas que se quedan guardadas en los cajones de nuestro subconsciente, sembradas ahí como semillas que tarde o temprano, si no se trascienden, crecerán en forma de enfermedad.

La enfermedad solo revela modos de pensar y emociones que no nos ayudan a tener un sentido más profundo, noble y gozoso en nuestra vida, es decir, nuestras creencias o paradigmas no nos están ayudando a crear las cosas que queremos ni a seguir nuestros sueños y sentido de la felicidad, porque a final de cuentas, la enfermedad revela hondos sentimientos de insatisfacción y de falta de gozo en nuestra vida.

Así que para empezar a sanar el cuerpo, es necesario que veas la enfermedad como el momento especial para ayudarte, o ayudar a la persona, a encontrar sentido a su vida.

Muchas veces no sabemos qué hacer con los que nos pasó, con el daño que se nos hizo de niños, con la sensación de abandono, infelicidad, miedos y desilusiones que se han quedado guardaos atrás sin ninguna forma de que nos nutramos de ellos.
Ayudar a nutrir a la persona de lo que ha vivido, es darle nutrición espiritual y emocional. Y esta es la clave para iniciar la cura: no juzgues la enfermedad.
Aprende a observar lo que revela la persona a partir de los síntomas y la enfermedad, porque cada parte del cuerpo tiene una función y sentido en nuestros cuerpos que está muy relacionada con lo que sentimos.
Si deseas sanar de problemas de estómago, intestinos, pulmones, piel, etc., o incluso tumores, cáncer, infecciones severas, etc., puedes empezar a hacerme tus preguntas y vamos despejando dudas.


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