sábado, 26 de diciembre de 2015

HAY QUE BUSCARSE UN AMANTE !!!


Muchas personas tienen un amante y otras quisieran tenerlo. Y también están las que no lo tienen, o las que lo tenían y lo perdieron. Y son generalmente estas dos últimas, las que están tristes o que tienen distintos síntomas como insomnio, falta de voluntad, pesimismo, crisis de llanto o los más diversos dolores.
Me cuentan que sus vidas transcurren de manera monótona y sin expectativas, que trabajan nada más que para subsistir y que no saben en qué ocupar su tiempo libre. En fin, palabras más, palabras menos, están verdaderamente desesperanzadas.


Entonces, después de que las escucho atentamente, les digo que no necesitan un antidepresivo; que lo que realmente necesitan, ES UN AMANTE.

Es increíble ver la expresión de sus ojos cuando reciben mi veredicto. Están las que piensan: ¡Cómo es posible que un profesional se despache alegremente con una sugerencia tan poco científica!. Y también están las que escandalizadas se despiden y no vuelven nunca más.



A las que deciden quedarse y no salen espantadas por el consejo, les doy la siguiente definición:
Amante es: "Lo que nos apasiona". Lo que ocupa nuestro pensamiento antes de quedarnos dormidos y es también quien a veces, no nos deja dormir. 
Nuestro amante es lo que nos vuelve distraídos frente al entorno. Lo que nos deja saber que la vida tiene motivación y sentido.



A veces a nuestro amante lo encontramos en nuestra pareja, en otros casos en alguien que no es nuestra pareja. También solemos hallarlo en la investigación científica, en la literatura, en la música, en la política, en el deporte, en el trabajo cuando es vocacional, en la necesidad de trascender espiritualmente, en la amistad, en la buena mesa, en el estudio, o en el obsesivo placer de un hobby...

En fin, es "alguien" o "algo" que nos pone de "novio con la vida" y nos aparta del triste destino de durar.

Y que es durar? - Durar es tener miedo a vivir. Es dedicarse a espiar como viven los demás, es tomarse la presión, deambular por consultorios médicos, tomar remedios multicolores, alejarse de las gratificaciones, observar con decepción cada nueva arruga que nos devuelve el espejo, cuidarnos del frío, del calor, de la humedad, del sol y de la lluvia.

►Durar es postergar la posibilidad de disfrutar hoy, esgrimiendo el incierto y frágil razonamiento de que quizás podamos hacerlo mañana.



Por favor no te empeñes en durar, búscate un amante, se vos también un amante y un protagonista... de la vida
Pensá que lo trágico no es morir, al fin y al cabo la muerte tiene buena memoria y nunca se olvidó de nadie.
Lo trágico, es no animarse a vivir; mientras tanto y sin dudar, búscate un amante...


La sicología después de estudiar mucho sobre el tema descubrió algo trascendental:

"Para estar contento, activo y sentirse feliz, hay que estar de novio con la vida".


Cuentos para pensar
JORGE BUCAY

miércoles, 23 de diciembre de 2015

Juicio y Discernimiento


“Un ‘No’ pronunciado desde la más profunda convicción es mejor que un 'Sí’ pronunciado sólo 
  por complacer, o peor aún, por evitar un conflicto…” 
                                                                                                                            Mahatma Gandhi



Hay cierta inteligencia que sabe cómo no mantener una mano en el fuego. No se trata de una guerra ni de una lucha dramática entre la mano y el fuego, entre el bien y el mal, entre lo correcto y lo incorrecto, entre la luz y la oscuridad, entre Dios y el diablo, entre la dualidad y la no dualidad, se trata tan sólo de un movimiento inteligente y espontáneo, el hecho de retirar una mano sin una historia de por medio. La mano nunca juzga al fuego, ni antes, ni durante, ni después del movimiento.  Cuando todo se vuelve demasiado caliente, simplemente se retira sin tener que pensarlo. No hay guerra. No hay juicio. No hay división psicológica. Tan sólo una acción natural. Esto es un SÍ a la vida, una alineación total con todas las cosas, incluso si desde fuera pareciera haber un “no” al fuego.

El juicio, a diferencia del discernimiento, siempre divide, y siempre es acerca de un “yo” en determinado tiempo y espacio. El juicio me posiciona a “mí” como superior o como inferior. Es una comparación entre dos entidades aparentemente separadas. Juzgar que el fuego es malo o inadecuado, enfermo o malo, convirtiéndome a mí en la buena, pura, santa e inocente víctima, estableciendo una guerra contra el fuego y contando historias interminables acerca de lo horroroso que es, tratando de que los demás apoyen mi historia, es justamente, el mecanismo del juicio. Esto me separa a “mí” de la vida y entonces, la guerra comienza con su batalla entre lo correcto, por un lado, y lo incorrecto por el otro. Esto proviene de un “no” interior a la vida.

Puede haber discernimiento honesto e inteligente, sin guerra, sin una historia, sin la intervención del pensamiento. La mano se retira del fuego, sin convertirlo en su enemigo mortal, sin tener que repetir la historia acerca de su maldad, sin tener que repetir la historia de una herida profunda, sin involucrar ninguna identidad. No se necesitan Diez Mandamientos para explicar porqué el fuego es malo. La lección se aprende sin un drama de por medio, sin karma, sin separación, sin guerra. Es como cuando un niño pequeño está jugando en un columpio y se cae, se raspa la rodilla, llora por un momento, y después se levanta para seguir adelante con su serio negocio de jugar. Después de un rato se deja absorber nuevamente por la vida. Puede ser que incluso haya olvidado que se cayó del columpio. El karma nunca se creó ni tampoco se destruyó. Y puede aprender a estar un poco más atento la próxima vez que juegue…

El juicio dice “esto está bien, esto está mal”, “yo estoy en lo correcto, ellos no”, “yo estoy despierto, ellos aún no” y así sucesiva e ilimitadamente. El juicio separa y divide, y es el origen de todo conflicto y violencia.

El discernimiento simplemente sabe distinguir que algo duele o no y se mueve inteligente y espontáneamente para resolver las cosas sin tener que recurrir a la violencia o a los insultos y sin la necesidad de que se le diga que algo está bien o mal. Y luego, sigue adelante hacia la próxima aventura…

¿En dónde acaba el discernimiento y dónde empieza el juicio? Esta es una aventura fascinante para todos.


- Jeff Foster

domingo, 20 de diciembre de 2015

La llave de la felicidad






El Divino se sentía solo y quería hallarse acompañado. Entonces decidió crear unos seres que pudieran hacerle compañía.
Pero cierto día estos seres encontraron la llave de la felicidad, siguieron el camino hacia el Divino y se reabsorbieron a El.

Dios se quedó triste, nuevamente solo.

Reflexionó. Pensó que había llegado el momento de crear al ser humano, pero temió que éste pudiera descubrir la llave de la felicidad, encontrar el camino hacia El y volver a quedarse solo. Siguió reflexionando y se preguntó dónde podría ocultar la llave de la felicidad para que el hombre no diese con ella. 

Tenía que esconderla, desde luego, en un lugar recóndito, donde no pudiese ser hallada. 

Primero pensó en ocultarla en el fondo del mar, luego, en una caverna de los Himalayas, después, en un remoto confín del espacio sideral. . . Pero no se sintió satisfecho con estos lugares.

Pasó toda la noche en vela preguntándose cuál sería el lugar más seguro. Pensó que el hombre terminaría descendiendo a lo más abismal de los océanos; pensó que antes o después hallaría los Himalayas. Ni siquiera estaría bien oculta en los vastos espacios siderales porque un día el hombre exploraría todo el universo. Al amanecer continuaba preguntándose dónde ocultarla. . .

Y cuando el sol comenzaba a disipar la bruma de la mañana, al Divino se le ocurrió de súbito el único lugar donde el hombre no buscaría: dentro del hombre mismo.

Creó al ser humano y en su interior colocó la llave de la felicidad.