martes, 1 de septiembre de 2015

Recuperando tu poder. Dejando ir los juicios de otras personas



¿Te sientes juzgado por alguien?
¿Te sientes afectado por algún tipo de negatividad procedente del exterior?

Cuando nos sentimos sometidos a algún tipo de ataque, tanto si se trata de un juicio, como de las vibraciones negativas de otros, es algo que se nos mete bajo la piel y que puede llegar a afectarnos durante el resto del día.

Así, a menos que hayamos alcanzado un nivel determinado en nuestro desarrollo, si compartimos la misma habitación con alguien muy deprimido, es  probable que al dejar la habitación experimentemos una sensación de tristeza en torno a nosotros, o que nos encontremos con un nivel de energía ligeramente más bajo del que teníamos antes de encontrarnos con él.

Otra variante más seria de este fenómeno sería cuando sentimos que el juicio, o bien el ataque directo y la negatividad de otra persona, han dejado algún tipo de huella en nosotros. Desafortunadamente, estas no son experiencias que siempre podamos evitar o de las que podamos huir;  sin embargo, este tipo de incidentes pueden dejar alguna impronta en nuestro cuerpo. Hay un motivo para ello: ya hemos recibido esa impronta antes. No es la primera vez que experimentamos juicio y negatividad, bien mediante palabras o bien a nivel energético.

La honestidad con uno mismo: tu nuevo superpoder de transformación.

Tras haber vivido esta experiencia de haber recibido negatividad y juicio, si te queda algún remanente que te hace sentir mermado energéticamente, o con una sensación de ira y rabia, puedes hacerte varias preguntas:
1.- ¿Cuántas veces ha ocurrido esto en mi vida?
Por ejemplo, quizás, ésta es la primera vez que sucede con esa persona en concreto, pero tal vez ya estás acostumbrado a que muchos otros en el pasado te hablaran de esa manera y, en cada ocasión, después te sentías decaído, retraído, deprimido. Potencialmente, ese patrón estaría llevándote a que te apartes de la vida y a que te cierres. De manera que, hazte estas preguntas y pregúntate también:

2.- ¿Cuánto tiempo más deseo permitir esto?
Otro cuestión a tener en cuenta es si llevas experimentando durante mucho tiempo juicio y negatividad con un individuo o una situación en particular. En un momento dado, tendrás que ser sincero contigo mismo y reconocer que no deseas vivir con ese resentimiento, esa rabia, o con la sensación de sentirte oprimido por otra persona durante el resto de tu vida. No te está haciendo ningún bien, ni tampoco le está haciendo ningún bien al  otro.

La clave de la que debemos tomar conciencia aquí es: para que alguien pueda llegar a ocasionar un impacto en nosotros, antes debemos permitírselo de alguna manera. Es cierto que puede haber casos extremos de personas psicológicamente desequilibradas que son físicamente violentas con los demás, personas con las que es muy difícil llegar a ningún tipo de consenso o de acuerdo en común. Pero, en los casos más cotidianos, puedes preguntarte qué parte de tí podría estar abierta a que esta energía esté apareciendo en tu vida.
Un acosador o un “bully” detecta rápidamente a su posible víctima. No busca un rival digno al que enfrentarse, porque lo que está buscando es poder sobre otra persona , ya que, digámoslo así,  se alimenta precisamente de eso. Hay una sensación desequilibrada de falta de poder en el interior de todo acosador o “bully” y, para sentirse más fuerte, llega a crear una situación en la que pueda sentir algún poder temporal sobre otra persona. La pregunta en este caso sería:

3.- ¿Estoy demasiado abierto a este tipo de trato por parte de otros? ¿Estoy siempre perdonando? ¿Siempre decido recuperarme rápidamente y les digo a los demás que estoy bien, aunque no sea así?
Porque esas son son las partes de ti que van a tener que cambiar.

Cómo recuperar la energía y el poder perdidos.

Existen diferentes maneras de tratar con la negatividad que otros nos proyectan; se pueden encontrar diferentes métodos en todas partes. Los sistemas más espirituales nos recomiendan rodearnos de una luz blanca dentro de una burbuja de energía cuando tengamos que enfrentar alguna situación o entorno hostil. Otros métodos más sencillos consisten en afirmar mentalmente o en voz alta cuando estamos a solas: “Dejo ir esta energía que no es mía”,  ordenando así al impacto que ha entrado en nosotros que salga de nuestro campo de energía.
También debemos considerar que, probablemente, necesites encarar el problema desde una perspectiva más terrenal. Quizá necesites tener una conversación con esa persona, quizá tengas que cambiar el esquema de lo que otros consideran normal en su relación contigo. Si tuvieras que contradecirles la próxima vez que te desprecien o que se relacionen contigo desde la opresión y la negatividad, eso les ayudará a cambiar y a redirigir ese patrón fijo en lo sucesivo. Por ejemplo, si alguien fuera sistemáticamente negativo contigo con sus palabras, podrías contradecir lo que dice de manera suave pero firme. No siempre es necesaria una discusión o una disputa, pero si ese fuera el caso, sería porque has estado aguantando y reteniendo demasiado durante demasiado tiempo, y podría darse el caso de que tu reacción fuera más explosiva.
También puedes preguntar lo que alguien está queriendo decir realmente; si te repite una y otra vez que tienes un peinado horrible, el lugar de defender tu peinado o justificarte, podrías desafiarle respondiendo: “Pareces algo obsesionado con mi pelo, cada vez que nos vemos me dices lo preocupado que estás por él. Sólo por curiosidad, ¿qué te ocurre?”. De esta manera, estarías desviando el foco de atención sobre tí para trasladarlo al espacio común entre ambos, y esa persona tendrá que hacerse responsable y prestar más atención a sus propios comentarios en el futuro. Porque, la mayoría de las acosadores funcionan en “piloto automático” y, cuando cuestionas ese “síndrome de piloto automático” que gobierna sus acciones ( una, dos o tres veces), entonces, suelen parar.

Por último, pregúntate si estás preparado para mantener una actitud positiva frente al mundo, creando para ello unos límites sanos y claros con aquellos que se dirigen a ti de forma muy negativa. Reconoce que tener a estas personas o actitudes negativas a tu alrededor te está afectando. Tú pierdes poder con ellos, y ellos tampoco están ganando. Así que, quizás sea el momento de dirigirte a esa persona de tu entorno con una frase diferente de la que solías emplear, o de estar menos disponible para ella. Te darás cuenta de dos cosas:

1.- La dinámica entre tú y esa persona comenzará a cambiar lentamente con el tiempo.
2.- Empezarás a llenarte de toda la energía que antes perdías cada vez que esa persona intentaba imponerse sobre ti. Si con determinación, mantienes tu cuerpo y tu campo de energía lejos de esa persona, de esa fuerza o esa situación destructiva durante el tiempo suficiente, tu cuerpo comenzará a devolverte la energía que antes perdías cuando te encontrabas en presencia de toda esa negatividad.

Finalmente, perdónales y perdónate a ti mismo por todo lo ocurrido entre ambos, y perdónate también si decides reaccionar, si eliges enfadarte. No obstante, observa que eso es lo que ha ocurrido esta vez; la próxima vez es posible que prefieras darte cuenta antes, de manera que pueda haber unos límites más serenos en las relaciones con el medio que te rodea.

Espero que esto ayude un poco a saber gestionar esos juicios con que todos nos encontramos cada día, a medida que caminamos por el mundo.

Prácticas esenciales para gestionar la negatividad del exterior:
  • Séllate en una burbuja de energía o rodéate de luz blanca.
  • Repítete a ti mismo: “Dejo ir toda la energía que no es mía. Dejó ir toda la energía que no es mía.”

Autoexploración: preguntas que hacerse cuando recibimos negatividad o juicio:
¿Cuántas veces ya ha ocurrido esto en mi pasado?
¿Ya estoy acostumbrado a que me hablen así o a sentirme así?
¿Qué parte de mi continúa abierta a recibir este tipo de trato por parte de los demás?
¿Cuanto tiempo estoy dispuesto a seguir así?
¿Hay aspectos de mí o de mi vida que voy a necesitar cambiar?

Acción. Cuando sepas que debes pasar a la acción, pregúntate:
¿Necesito tener una conversación con alguien en particular?
¿Estoy dispuesto a contradecir sus palabras o cuestionar su comportamiento negativo conmigo?
¿Voy a tener que cambiar los esquemas de los que ellos consideran ”normal” en nuestra relación?
¿Necesito estar menos disponible para esa persona o esa situación?

Recuerda tu principal instrumento de poder: perdónate a ti mismo… Y perdónales a ellos también.

Mucho amor para todos.

Lee Harris

 Traducción del Video: Rosa García 
Difusión: El Manantial del Caduceo