Mostrando entradas con la etiqueta bioneuroemoción. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta bioneuroemoción. Mostrar todas las entradas

sábado, 26 de mayo de 2018

Tu cuerpo puede autocurarse

►  “No hay medicina que cure lo que no cura la felicidad”
Gabriel García Márquez

No tiene nada de milagroso o esotérico. Tampoco tiene que ver con creencias populares sin fundamento. En realidad, es un hecho científico que el cuerpo tiene mecanismos para curarse, sin la intervención de medicamentos.
No se trata de un descubrimiento tan novedoso como pudiera suponerse. El propio Hipócrates, considerado padre de la medicina, ideó varios tratamientos terapéuticos que partían del principio de que el cuerpo dispone de las armas necesarias para autocurarse. Según sus postulados, el médico solo debe facilitar esos procesos, pero no intervenir directamente en ellos.
Actualmente la medicina, especialmente en el enfoque conocido como “alternativo” o “complementario”, cada vez recurre más a ese principio.
Sin embargo, el asunto no es tan simple como contraer una enfermedad y sentarse a esperar a que se cure por sí sola.

El concepto de enfermedad

La idea de que el cuerpo puede curarse a sí mismo está estrechamente ligada con el concepto de enfermedad. No todos los enfoques de la medicina la conciben de la misma manera.
La medicina alopática tradicional, por ejemplo, plantea que la enfermedad es una alteración en las funciones normales del organismo. En palabras de la Organización Mundial de la Salud: “Alteración o desviación del estado fisiológico en una o varias partes del cuerpo, por causas en general conocidas, manifestada por síntomas y unos signos característicos, y cuya evolución es más o menos previsible”
Desde ese punto de vista, la actuación del médico debe ir encaminada a restablecer el buen funcionamiento del organismo. Para ello se valen, principalmente, de la quimioterapia, o utilización de químicos con fines terapéuticos.
Los enfoques más alternativos ven el panorama de forma diferente. La enfermedad aparece allí como la expresión de un desequilibrio entre el organismo y el entorno con el que entra en contacto (esto incluye alimentación, estilo de vida y todo proceso de intercambio entre el organismo y el medio).
Por lo tanto, el propósito de la cura no es lograr que desaparezca la enfermedad como tal, sino que se restablezca el equilibrio perdido. Se parte de la idea de que las emociones juegan un papel fundamental en el proceso de curación; por lo tanto, todo tratamiento debe apuntar tanto a la mente como al cuerpo. Si la mente sana, el cuerpo también sanará.

La homeostasis

Todos los organismos vivientes están dotados de un mecanismo que les permite restablecer el equilibrio: la homeostasis. Esta propiedad hace posible que el cuerpo logre una autorregulación, de manera que la vida se afecte mínimamente como consecuencia de los cambios en el mundo exterior. Es pocas palabras, es una respuesta adaptativa.
Cada órgano debe ser capaz de contribuir al proceso homeostático para poder mantener la vida y la buena salud. Biológicamente venimos equipados para que eso suceda.
Cuando esto no ocurre, un médico tradicional buscará que el equilibrio se restablezca mediante la acción de un agente externo. Un médico alternativo tratará de que el órgano que falla recupere su capacidad para aportar en el equilibrio general.

¿Cómo nos autocuramos?

La salud y la enfermedad dependen en gran medida del estado emocional. Esto se puede explicar de manera sencilla.
Todos los órganos del cuerpo están inervados, es decir, tienen nervios. A la vez, se hallan conectados con el sistema nervioso central o, en otras palabras, son influidos en mayor o menor medida por el cerebro.
Si tienes ira, por ejemplo, se producirán una serie de efectos sobre tu organismo: aumento del ritmo cardiaco, tensión muscular, etc. Cuando el enojo se vuelve frecuente, el cambio fisiológico comenzará a afectar todos los órganos involucrados con ese sentimiento. Así que, probablemente, en algún punto puedes desarrollar una enfermedad en ellos.
Lo mismo ocurre con todas las emociones y sentimientos. No hay forma de que los experimentes solamente como algo subjetivo, sino que todos ellos cambian de una u otra manera la fisiología de tu cuerpo.
De esta manera, el cuerpo llega a enfermar por la acción de los sentimientos o emociones autodestructivas. Pero así mismo puede curarse, si se trabaja sobre esos elementos subjetivos que dan lugar a un funcionamiento inadecuado de los órganos.
En el caso de las enfermedades crónicas, resulta muy importante indagar por las fuentes emocionales del malestar. La respuesta puede estar en tu mente y no en las toneladas de medicamentos que a veces nos obligamos a tomar.

Edith Sánchez
https://lamenteesmaravillosa.com
Imagen cortesía de Martinez Codina

sábado, 28 de abril de 2018

TODA ENFERMEDAD TIENE UN SENTIDO BIOLÓGICO



TODA ENFERMEDAD TIENE UN SENTIDO BIOLÓGICO.
Christian Fléche





Cuando en el año 1991 me encontré al Dr. Hamer me quedé estupefacto y seducido por sus coherentes explicaciones aunque me di cuenta de la falta de estructura terapéutica. Desde entonces he podido verificar algunas proposiciones. Uno de los elementos centrales en la comprensión de este abordaje es el sentido biológico ya que para el la enfermedad tenía un sentido biológico.

Dos años más tarde aprendí con Marc Fréchet que las enfermedades se inscriben en un ciclo y que algunas de ellas tienen una o varias raíces transgeneracionales.

Mediante la terapia y gran parte se la debo al Dr Erickson se llega a la curación, el cambio o la transformación profunda y duradera. Fue un maestro de la terapia breve. Para él toda experiencia tiene una estructura y la terapia es una reacomodación de esa estructura y no de la escucha de un contenido psicológico o histórico de un problema que para él no tenía ningún interés. Para el encontrar el origen histórico de un problema no era necesariamente terapéutico. Cambiar la estructura de la experiencia sí.

Es así como en 1993 creé el nombre de Descodificación Biológica Original, para distinguirme de la Nueva Medicina Germánica, ahora tan sólo Nueva Medicina.

¿Qué quiere decir sentido biológico?
Nuestro cuerpo está constituido por órganos que están compuestos por células y esto es así independientemente de cuál sea nuestra raza, nuestra especie, nuestro color o seamos animales o seres humanos. Cada órgano busca satisfacer eso para lo que existe: los pulmones permiten la entrada del aire y el intercambio, el estómago recibe el alimento y lo transforma, la vejiga contiene la orina y la elimina, el tejido neural cerebral sirve para controlar y tomar decisiones, etc. Nos comportamos como los animales sin saberlo rechazando o transportando nuestra base de conflictos arcaicos.

La necesidad para la que existe el órgano debe ser satisfecha para permitir la supervivencia del conjunto es decir colabora con los otros órganos. El aire inspirado es usado por nuestros músculos, el alimento proveerá de energía a los pulmones para que pueda realizar su actividad. Pero el ser humano tiene algo peculiar y es que no sabe hacer la diferencia entre lo real y lo virtual: imaginar un plato suculento o tenerlo en la boca provoca el mismo efecto en la salivación.

De esta manera todo estimulo exterior va a ser codificado biológicamente: veo que me van a robar mi coche. En que parte de mi cuerpo se va a recibir la información? Podrán ser distintas partes y eso dependerá de cómo lo viva interiormente la persona. Unos ejemplos: El colon porque es “asqueroso lo que me hacen”

Bajo el mismo principio virtual es igual a real aunque no se observe nada en el colon la persona mantiene sobre este evento una noción de porquería. En otro caso podría codificar el evento a nivel muscular porque resiente impotencia para recuperar el vehículo. O la laringe porque el acontecimiento lo deja “aterrorizado”. Y así podemos ver como un mismo acontecimiento da lugar a distintas codificaciones.

Por qué el colon? Porque biológicamente es la parte del cuerpo que gestiona lo que se vive como « asqueroso » y es esa parte la que conoce cómo gestionar aquello que se tiene que eliminar. Porque los músculos? Porque son los que demuestran nuestra potencia y eficacia.
Y la laringe? Porque es la que permite el grito, la llamada de auxilio.

Así es como desde que ocurre un acontecimiento exterior nuestro espíritu para poder aprender algo codifica biológicamente y de esa manera existe. La transforma para aprehender la esencia, la lleva al interior de sí mismo. Si no simplemente no existiría tal como no somos conscientes de los rayos o los infrasonidos. Solo vemos lo que aprendimos a ver, oímos lo que aprendimos a oír y esto es cultural y biológico.

Por eso para mí la hipótesis de trabajo es que todo síntoma, sea el que sea sin excepción es una metáfora de la historia conflictual que está en el origen del síntoma. El hilo conductor que va de uno a otro es el sentido biológico.

La enfermedad lejos de ser algo anárquico o de no responder a ningún sistema tiene un sentido muy preciso que es movilizar todas las fuerzas para optimizar nuestras posibilidades de supervivencia. La enfermedad no es un error de precisión, un fallo de la célula y tiene su razón de ser y se inscribe como un elemento útil en el plan general de la naturaleza. Es necesario localizar una solución exterior (como subirse a un taburete si uno es pequeño para coger algo o llamar al timbre). Si no hay solución exterior aparece la situación conflictual y el cuerpo busca una solución interna de adaptación => enfermedad.


Elizabeth Romero Sánchez
Akasha Sanación Integral.

sábado, 10 de febrero de 2018

SUBO DE PESO Y NO PUEDO BAJAR. . .



¿Cómo cuántas veces habré escuchado esta frase en mi vida? Yo creo que cientos de veces sin contar las ocasiones en que yo misma la he dicho.
Y es que el problema del sobrepeso ha rebasado ya la barrera de lo “aceptable”, la barrera de lo “genético” y también, la barrera de lo emocional en lo cual, está basada la Biodescodificación.

¿Por qué les menciono esto? Porque es hora de comenzar a ver más allá de lo emocional y aceptar que gran parte de la alimentación hoy en día, ha dejado por mucho de ser natural y saludable. Y como los “envenamientos” son un concepto no manejado por la Biodescodificación, ya el simple hecho de comer alimentos procesados, queda fuera de nuestro alcance.

Por lo tanto, desde la Biodescodificación, se puede localizar la causa emocional que origina el sobrepeso, se puede liberar el programa heredado de protección, pero como un trabajo ya personal de cada individuo estará el cuidar la alimentación y la actividad física.

Bajo la metodología de la Biodescodificación, el sobrepeso es un síntoma detonado por una emoción inconsciente de “NECESITO PROTEGERME”. Ya sea porque me siento débil y ligero como para salir adelante o defenderme, o sea porque quiero alejar alguna amenaza.

Esto por supuesto, es fácil de comprender si de pronto analizamos nuestra vida o lo que nos ha ocurrido en ella. Si analizamos nuestro árbol genealógico o si analizamos nuestro Proyecto Sentido.
Pero ¿por qué aun conociendo la razón emocional del sobrepeso no se logra una reducción significativa? Y digo “no se logra”, porque si bien muchísimas personas sí logran desactivar su sobrepeso tan sólo con resolver lo emocional, muchas otras más no bajan ni un gramo.
¿Y será que se ha encontrado en el sobrepeso, el pretexto perfecto para vivir en el victimismo? O ¿Será tal vez el pretexto perfecto para justificar otro tipo de conflictos emocionales ocultos?
Es una buena tarea para el Biodescodificador, encontrar las pistas precisas de toda la historia.

Y dejando un poco de lado el asunto emocional del sobrepeso, les diré que yo no conozco a ninguna persona hombre o mujer, que haciendo ejercicio todos los días con disciplina y llevando una alimentación saludable y equilibrada, tenga sobrepeso. Pero sí conozco a muchísimas personas y me incluyo, que nada más escuchamos la palabra “ejercicio” y salimos corriendo.
Lo que habla sin duda de hasta el rechazo o las ganas de ejercitarse, está relacionado con “lo emocional”, lo que nos brinda un campo mayor de posibilidades.

La mayoría de las personas que dicen tener sobrepeso y no poder eliminarlo, son personas con un tipo de vida sedentario. No acostumbrados a ninguna rutina de ejercicios. No acostumbrados a una alimentación balanceada o saludable.
Y mientras los músculos no se ejerciten, mientras el corazón no llegue a cierto ritmo de actividad, las calorías jamás se “quemarán”. Los huesos no recuperarán su densidad correcta.
Mientras yo permanezca comiendo más calorías de lo que logro quemar con mis actividades, siempre habrá un excedente de grasa corporal.

A veces, tan sólo disminuir la cantidad de calorías que se ingieren, no es por completo suficiente. Tal vez se logre bajar hasta 7 kilos, pero sin duda dichos kilos regresarán en menos de un año.
A veces, tan sólo caminar 30 minutos al día, no es suficiente. Y eso dando por hecho que cumplimos estrictamente con los 30 minutos al día. Y además de todo esto, habremos de considerar que cada uno de nosotros los seres humanos, funcionamos diferente. Metabolizamos diferente, Asimilamos diferente y quemamos las grasas, diferente.

Entonces, ¿de qué me sirve saber que yo tengo sobrepeso porque vivo un miedo a ser abandonada, porque vivo defendiéndome de mi entorno agresivo, porque quiero aparentar ser fuerte ante mi padre o mi madre, si no hago nada por mantener una disciplinada actividad física o no tengo el interés de comer alimentos saludables?

En Biodescodificación podremos saber a qué emoción responde mi sobrepeso, podremos descubrir de qué vivo protegiéndome, y si me esfuerzo un poco más, podré identificar por qué rechazo hacer ejercicio, pero de verdad, la Biodescodificación sólo está para decirnos lo que “debemos cambiar” en nuestro comportamiento, en nuestras reacciones, en nuestras creencias. Y una vez que hemos encontrado las razones emocionales, tendremos forzosamente, que hacer cambios en nuestra vida, en nuestros pensamientos, en nuestras actitudes. Y a la vez, deberemos modificar el aspecto ejercicio y el aspecto alimentación.

Porque bajar de peso no consiste en encontrar esa pastilla milagrosa que tomada todos los días me queme la grasa para que yo pueda seguir comiendo postres, papas fritas o chocolates.
No se trata de tomar una pastilla que me haga olvidar mi hambre para que cuando yo coma algo, sea un producto procesado con glutamato monosódico, un pollo con hormonas o una barrita de cereal con aceite de palma o amarillo 5.

Llegó la hora de tomar al toro por los cuernos, porque es bien fácil navegar con la bandera de “pobre de mí, por más que me esfuerzo no puedo bajar ni un gramo”, para que todos los días nos vayamos a dormir sin haber hecho nada nuevo o diferente. Sin haber intentado un gran cambio.

Dime cuántos kilos pesas y te preguntaré cuántas horas diarias haces ejercicio y cuál es tu rutina.
Dime cuántos kilos pesas y te preguntaré qué alimentación llevas a diario.
Porque si tu vida es estar sentada o sentado frente a una computadora 8 horas y sólo caminar al baño o a la cocina o al coche, estamos un poco lejos de lograr bajar más de 5 kilos matándonos de hambre y siempre con el riesgo de recuperarlos en un fin de semana.

Bajar de peso además, es algo progresivo. Es un cambio desde adentro y te puedo decir que harán falta alrededor de 6 meses, para que comiences a ver resultados permanentes.
Por lo que si eres una persona que busca bajar de peso un jueves y ser delgada el siguiente lunes, nomás no se va a poder.

Bajar de peso, cuando los kilos encima son más de 10, requiere de esfuerzo, de constancia, de disciplina.
Porque ya no eres la o el adolescente que podía comer de todo sin subir de peso.
Porque ya no tienes la actividad física que tenías de joven, cuando no te detenías ni a comer por estar completamente enfocado en otras cosas.
Debes asumir que como adulto, tu actividad física ha disminuido casi un 80%, por lo tanto, estás comiendo 80% más energía de la que realmente necesitas “para no hacer nada”.

Porque debe existir un cambio de alimentación, un equilibrio en la alimentación, un horario para realizar ejercicio y rutinas fijas que te permitan moldear tu cuerpo.
Y no se trata de hacer ejercicio sólo el sábado o sólo el domingo. Eso no sirve y además es sumamente peligroso. Se trata de movernos todo el tiempo, todos los días.

Ya no eres la niña o el niño que podía brincar media hora sin cansarse. Ya no eres el jovencito o la jovencita que podían andar en bicicleta por varias horas todas las tardes. Ya no eres el adolescente que bailaba, corría, brincaba y todavía tenía energía para nadar y jugar un partido de futbol.

Así que si bien puedes analizar el por qué subiste de peso al casarte, al tener hijos, al ser despedida, al irte a vivir a otra ciudad o al divorciarte, deberás analizar por completo todos los elementos que pueden sumar a tu sobrepeso.
Tomando en cuenta claro, que en la actualidad, el 90% de los alimentos procesados son tóxicos. Tienen químicos que promueven tu hambre, tus antojos, tus ganas de consumirlos.
Deberás tomar en cuenta que la famosa “pechuga de pollo asada”, ahora es pollo tratado con hormonas e inyectado con solución salina para parecer “más carnoso”, por lo que de entrada te digo: no es saludable.

Entonces, si tu intención es realmente bajar de peso, recuperar tu peso perfecto o perder para siempre esos kilos que has acumulado con el paso de los meses o los años, comienza por encontrar la causa emocional. Con tus datos de vida, con tu árbol genealógico, con tu Proyecto Sentido.
Luego de eso y cuando ya tengas clara la causa emocional, busca un ejercicio que realmente te apasione para “jamás dejarlo” o bien, ahora busca la razón por la que rechazas hacer ejercicio. Y no se trata de que te inscribas a un gimnasio carísimo, para dejar de ir al tercer día, no.
Tal vez lo tuyo sea “bailar”. Entonces recopila dos horas de música bailable, que te haga sudar, que te provoque dar vueltas, brincar, etc. Y pon una hora al día, fija, en donde bailes sin parar.
Será algo divertido y verás en 6 meses, que tus músculos, tu ánimo, tus huesos, tu metabolismo, han cambiado.

Ahora revisa lo que compras para comer y equilíbralo.
¿Te gustan las papitas fritas? Compra papas naturales y tú misma prepáralas con poca grasa. Come cereales naturales, frutas, pastas, verduras y vete alejando poco a poco de las carnes y los lácteos, que sólo te inflaman y bloquean un correcto tu metabolismo.

Deja de esperar que “algo” del exterior, venga a bajarte de peso. Sólo tú puedes terminar con tu sobrepeso si realmente es tu intención y estás dispuesto a todo por ello.
Deja de esperar que los kilos que subiste en meses, desaparezcan en un fin de semana.

Averigua la razón emocional y luego de ello pon manos a la obra.
Bajar de peso es un trabajo integral que claro incluye conocer la emoción que lo detonó, pero que para solucionarlo, requiere de tu ESFUERZO Y CONSTANCIA.
Y recuerda, planta en tu cabeza la idea de una vez, de que bajar de peso es un proceso de 6 meses. Para que desde el inicio, vayas sin prisa, sin desesperarte, para que no abandones.

Averigua sobre ejercicios, averigua cómo modelar tu cuerpo, averigua qué alimentos son mejores para que desarrolles músculos, fortalezcas huesos, o para que sólo definas figura. Averigua qué alimentos son mejores cuando tu deseo es quemar grasas, averigua qué ejercicios son mejores para definir abdomen, etc.
Investiga, lee, busca, pregunta!
Enfócate, aplícate, pon de tu parte!

Así como subir de peso te llevó meses y hasta años, permanece consciente de que bajarlos será casi el mismo tiempo con la ventaja de que si añades cambio de alimentación más ejercicio, será menos tiempo y habrá un efecto permanente.

El sobrepeso es un problema mundial, ocasionado sí por alimentos tóxicos y procesados, mezclados con una vida sedentaria, eso deberás aceptarlo.
Descubrir la emoción o el conflicto emocional que ocasionó que comenzaras a subir de peso sin parar es fácil de identificar, lo difícil pero no imposible, será que comprendas que hasta que no “te muevas” y no modifiques tu manera de alimentarte, todo seguirá igual.

Mira a tu alrededor, mira la energía que tiene un niño, un adolescente. Mira cuánto se mueven, mira cómo corren, mira como brincan, se agachan y se arrastran. Ellos sí queman la energía que ingieren.
En la medida de tus posibilidades, intenta hacer lo mismo. Finalmente todo cambio, será únicamente para tu beneficio.

Así las cosas…


Elizabeth Romero Sánchez y Edgar Romero Franco.
Akasha Sanación Integral

viernes, 9 de febrero de 2018

CAMPO MENTAL, MIRADA A LA DESCODIFICACIÓN BIOLÓGICA


► Imaginemos que nuestro campo mental se densificara y tomara forma, se asemejaría a una especie de esfera alrededor nuestro, vamos a decir de un metro de distancia de cualquier punto de nuestra superficie corporal. En ese espacio están adheridas nuestras creencias, las emociones sentidas a lo largo de toda nuestra existencia y por supuesto nuestro querido inconsciente, que es tan sólo aquello que desconocemos de nosotros mismos, pero que tiene un gran peso en esa esfera.

Cada palabra que sale de nuestra boca, cada gesto de nuestro cuerpo es un reflejo de ese campo mental que nos sigue a todos lados, porque emana de nuestro interior. Si dentro de él hay miedo, incluso al pronunciar las sílabas, nuestra barbilla temblará; si portamos rabia, nuestras manos estarán apretadas, dispuestas a golpear en cualquier momento; y nuestro caminar será una metáfora de la manera que tenemos de estar en la vida.
Algunas personas van ligeras como el viento, sin apenas plantar los pies en el suelo y otras en cambio arrastran los zapatos, como si fuera demasiado equipaje el que llevan.Cualquier movimiento que hacemos, cualquier comentario expresa nuestro pasado, el contenido de ese campo mental. Y por si esto no fuera lo suficientemente asombroso, esa esfera se comporta como un imán atrayendo personas y circunstancias acordes con su contenido. Y el miedoso se topa con aquello que teme, y el rabioso con personas que despiertan esa rabia y aquel que arrastraba los zapatos, sólo encuentra nuevas cargas que transportar. Y el interior se va haciendo cada vez más denso, y cada vez hay menos espacio para algo nuevo, para nuevas creencias, para nuevas experiencias.
► Nuestra forma de comportarnos, la manera de estar en el mundo es sólo una prolongación de la información que porta nuestro campo mental. 
Trabajo en una clínica veterinaria y a veces ocurre algo extremadamente curioso: cuando los clientes entran en la consulta y me cuentan a qué han venido, sus campos mentales se hacen nítidos gracias a la interacción con sus mascotas. Si no fuera por este pequeño detalle, no me sería posible ver su contenido.

Pero ahí está ese hombre de dos metros de altura, fornido, que sujeta un cachorro envuelto en una mantita con dibujos de fresas. Lo primero que me cuenta, sin yo preguntar, es que está muy pendiente del perrito porque está separado y sus hijos viven con su madre. Lo siguiente es que lleva dos noches durmiendo en el sofá porque nota triste a Kaytek y no quiere dejarle solo. Reviso al perrito y no le encuentro nada: tiene apetito, la temperatura es normal y sus cacas son perfectas, pero el dueño cree que está triste. Y no puedo dejar de pensar que en los libros de medicina interna no aparecía la tristeza como síntoma, en ninguno de los que estudié. Y me pregunto, ¿de quién está hablando este hombre?, ¿quién necesita cuidados?
                                                       

Hay un anciano entrañable que me viene a ver, como mínimo cada tres meses, para desparasitar a Nala. Si no le aviso religiosamente para recordarle las vacunas, aparece en la sala de espera enfadado, muy enfadado y me explica que no quiere que le “falte de nada” a su perrita y que “es capaz de quedarse sin comer” para que ella tenga puestas todas sus vacunas. Usa siempre estas mismas palabras. Palabras que yo había escuchado en innumerables ocasiones, sin darles mayor importancia aunque me resultaba algo exagerado por su parte, que tuviese que quedarse sin comer para que su perrita no pasara ninguna necesidad. Sin embargo todo tuvo sentido cuando me enteré, por boca de su mujer, que había sido ingresado para operarle de cáncer de hígado. El hígado es el órgano de reserva, la carencia de comida vivida como estrés biológico pone en marcha la solución ganadora del cáncer de hígado. La falta y la carencia eran algo denso en su campo mental, tan denso, que sin querer, lo expresaba cada vez que hablaba de su preciosa Nala. En ese interactuar con el animal, interactuaba con su propio inconsciente, dejando salir el resentir que se filtraba por cada poro de su piel.
Y a pesar del fatal desenlace, a pesar de estar ciegos y sordos ante nuestra esfera mental, me alegra saber que al menos empezamos a comprender los síntomasempezamos a responsabilizarnos de nuestras enfermedades y a tomarnos en serio nuestros conflictos emocionales . . . 
. . . y tal vez algún día no será necesario descodificar tumores, no será necesario ir al terapeuta con un diagnóstico de enfermedad terminal porque mucho antes habremos visto nuestra barbilla temblar, sentido nuestras manos apretadas y habremos detenido nuestro caminar para preguntarnos por qué arrastramos los pies, si la vida es realmente maravillosa.

https://www.descodificacionbiologica.es

martes, 6 de febrero de 2018

La curación del cuerpo llega a través del alma


Tarde o temprano todos los seres humanos enfermamos y el dolor reduce nuestra capacidad para el trabajo y el placer, llegando incluso a arrebatarnos la vida. Sin embargo pocas son las personas conscientes de que la enfermedad aparece cuando malgastamos nuestra energía, permitimos que nos la roben o la encarrilamos hacia objetivos erróneos. Comprenderlo así nos abre el camino de la auto curación, un milagro posible si interpretamos las dolencias del cuerpo como lo que lo de verdad son: expresiones de un malestar espiritual que SI tiene curación.

Los miedos, las fobias, la falta de autoestima o el afán excesivo de control pueden tener repercusiones físicas insólitas y de difícil diagnóstico, que solo podemos resolver aprendiendo a mantenernos en contacto con nuestro YO más hondo.

Aprender el leguaje del sistema energético humano es un medio para comprendernos a nosotros mismos, un medio para salir airosos de estos retos espirituales. Comprender la anatomía de la energía identificará las pautas o modalidades de nuestra vida y la profunda interrelación que existen en el funcionamiento de mente, cuerpo y espíritu.
Este conocimiento propio nos proporcionara placer y paz mental, y al mismo tiempo lo conducirá a la curación emocional y psíquica.

Nos rodea una energía emocional generada por experiencias interiores y exteriores, tanto las positivas como las negativas. Esta fuerza influye en el tejido físico interno del cuerpo. De esta manera, la biografía de una persona, es decir, las experiencias que conforman su vida, se convierte en su biología.

►La biografía se convierte en biología

Nuestro cuerpo contiene nuestra historia, todos los capítulos, párrafos versos, línea a línea, de todos los acontecimientos y relaciones de nuestra vida. Un miedo, por ejemplo, activa todos los sistemas corporales, el estómago se tensa, el ritmo cardiaco se acelera y tal vez el cuerpo comienza a sudar. Por el contrario, un pensamiento amoroso puede relajar todo el cuerpo.

Todos tenemos sentimientos negativos, pero no toda aptitud negativa produce enfermedad. Para crear enfermedad, las emociones negativas tienen que ser dominantes, por ejemplo, una persona puede saber que debe de perdonar a alguien, pero decide que continuar enojada le da más poder. Sin embargo, continuar obsesivamente enojada la hace más propensa a desarrollar una enfermedad porque la consecuencia energética de una obsesión negativa es la impotencia.

La energía es poder, y transmitir energía al pasado pensando insistentemente en acontecimientos penosos resta poder al cuerpo, (o sea lo debilita) y puede conducir a la enfermedad. El poder (que nos da la energía) es esencial para sanar y para conservar la salud. Las aptitudes que generan sensación de impotencia no solo conducen a una falta de estima propia, sino que también agotan la energía del cuerpo físico y debilitan la salud en general.

►El poder personal es necesario para la salud

 Muchas personas desarrollan una enfermedad cuando pierden algo que para ellas representa poder, como dinero, un trabajo o cuando pierden a alguien a quien han investido de poder o de su identidad, como el cónyuge, un progenitor o un hijo. Nuestra relación con el poder está en el núcleo de nuestra salud. Para que una terapia alternativa tenga éxito es necesario que el paciente tenga un concepto interno del poder, una capacidad para generar energía interna y recursos emocionales, como por ejemplo, creer en su autosuficiencia. Es necesario tomar conciencia de lo que nos da poder. La curación de cualquier enfermedad se facilita identificando nuestros símbolos de poder y escuchando los mensajes que el cuerpo y las intuiciones nos envían acerca de ellos.

►La persona puede sanarse sola

 Curación total y cura no son lo mismo. Se produce una “cura” cuando la persona ha logrado controlar o detener el avance físico de una enfermedad. Curar una enfermedad física, sin embargo, no significa necesariamente que se haya aliviado también el estrés emocional y psíquico que formaba parte de ella. En este caso es muy posible, y con frecuencia probable, que la enfermedad reaparezca.

El proceso de la cura es pasivo, es decir, el paciente se inclina a ceder su autoridad al médico y al tratamiento prescrito, en lugar de desafiar activamente la enfermedad y recuperar la salud. La curación en cambio es un proceso activo e interno que implica investigar las aptitudes, los recuerdos y las creencias con el deseo de liberarse de todas las pautas negativas que impiden la total recuperación emocional y espiritual.

Conseguir salud, felicidad y equilibrio energético se reduce a centrar más la atención en lo positivo que en lo negativo, y a vivir de una manera espiritualmente coherente con lo que sabemos que es la verdad.

►La conciencia y su conexión con la curación

Durante las cuatro últimas décadas se ha escrito mucho sobre el papel de la mente en la salud, nuestras actitudes tienen un papel importantísimo en la creación y la destrucción de la salud corporal. La depresión, por ejemplo, no solo afecta a la capacidad de sanar, sino que deteriora directamente el sistema inmunitario. El enojo, la amargura, la rabia y el resentimiento obstaculizan el proceso de curación, o lo impiden totalmente. La voluntad de sanar tiene un enorme poder, y sin ese poder interior una enfermedad suele salirse con la suya.

►La conciencia y la muerte

¿Significa esto que las personas que no se curan no han conseguido ampliar su conciencia? NO, en absoluto. Morir no significa no haber sanado. La muerte es una parte inevitable de la vida. La realidad es que muchas personas se curan de sus tormentos emocionales y psíquicos, y por lo tanto mueren “sanadas”.

Al igual que nacemos en el momento idóneo para que nuestra energía entre en la tierra, también hay un momento idóneo para dejar la tierra. No tenemos que morir con dolor y enfermedad (por lo menos no es necesario). La mente consciente es capaz de liberar el espíritu del cuerpo sin tener que soportar el dolor del deterioro físico. Esta elección la podemos tomar todos.

Tomar conciencia significa cambiar las reglas según las cuales vivimos y las creencias que conservamos. Nuestros recuerdos y aptitudes son literalmente las reglas que determinan la calidad de vida y la fuerza de los lazos con los demás.

►¿Pueden ser curadas todas las enfermedades?

Si, por supuesto, pero eso no quiere decir que todas las enfermedades van a ser curadas. A veces una persona tiene que soportar una enfermedad por motivos que le servirán para afrontar sus miedos y su negatividad. Y a veces a una persona le ha llegado la hora de morir. La muerte no es el enemigo, el miedo a la muerte lo es.


Fuente: Extractado del libro: “Anatomía del Espíritu”. Autora: Caroline Myss, Ph.D.
https://www.cambiodevida.com.ar