jueves, 3 de marzo de 2016

El Mago

En todos nosotros existe un mago. Este mago lo ve y lo sabe todo. El mago está más allá de los antónimos luz y oscuridad, bien y mal, placer y dolor. Todo lo que el mago ve tiene sus raíces en el mundo invisible. La naturaleza refleja los estados anímicos del mago. Puede que el cuerpo y la muerte duerman, pero el mago siempre está despierto.



El mago posee el secreto de la inmortalidad. Los magos son videntes. ¿Qué es lo que ven? La realidad en su conjunto y no en sus muchas partes. Empecé a observar la energía que toda persona irradia. Para entonces, la disposición física de la carne y los huesos ya casi había perdido toda su importancia, y pronto vi mundos dentro de mundos en todas las personas con las que me encontraba. Entonces me percaté de que “toda cosa viva es el Universo entero, sólo que vestida con un disfraz diferente”.

Llegará un día en que te darás cuenta de que “Dentro de ti puede encontrarse el Universo entero, y entonces serás un Mago. Como mago, tú no vives en el mundo, sino que el mundo vive en ti”. Esta persona independiente de ti con la que parece que estás hablando no es independiente de ti. “Somos una única persona, y en el nivel donde somos una única persona, ninguno de tus problemas existe”.
Dedica tiempo a meditar no sobre lo que ves, sino sobre ¿por qué lo ves? La primera lección se reduce a lo siguiente: “Mira más allá de tu Yo limitado para ver tu Yo Ilimitado!"  Perfora la máscara de la mortalidad y encontrarás al mago. El mago está dentro de ti y solamente allí. Una vez le hayas encontrado, tú también serás un vidente. Pero lo que tú puedes ver se manifiesta en su momento, paso a paso. Antes de la visión está la sensación de que en la vida hay algo más de lo que estás viviendo. Es como una vocecita que susurra: “Encuéntrame”. La voz que llama está desprovista de emoción, es pacífica, contenta dentro de sí misma… y escurridiza. 

Es la voz del mago, pero es también tu propia voz.

Los aforismos de Merlín actúan con sutileza, como el agua que va penetrando la tierra. Esta primera lección habla de encontrar al “mago” y apreciar su punto de vista que es muy diferente del punto de vista que adopta la mente o las emociones. Las emociones sienten y reaccionan. Son inmediatas, como los tentáculos de una anémona de mar, que responden instantáneamente a las sensaciones.
El dolor causa contracciones emocionales; el placer hace que te extiendas y te sientas liberado. La mente en cambio, actúa de forma mucho menos inmediata. Lleva un inmenso fichero de recuerdos que revuelve de modo constante. compara lo nuevo con lo viejo y pronuncia un veredicto: esto es bueno, aquello es malo; esto vale la pena repetirlo, aquello no. Así pues, las emociones dan una respuesta inmediata, sin pensarlo antes, a cualquier situación de la misma manera que un bebé sonríe o llora espontáneamente.

La mente consulta su banco de recuerdos y da una reacción retardada. El “mago” no tiene ninguna de estas reacciones, ni la inmediata ni la retardada… Merlín sencillamente es. “Ve el mundo y le deja ser lo que sea”. Por consiguiente, “al aceptar el mundo tal como es, el mago lo contempla todo bajo la luz de la aceptación propia, que es la luz del amor”. Sin silencio no hay espacio para el mago. Sin silencio no puede haber ninguna apreciación real de la vida, que en sus tejidos interiores es tan delicada como un capullo de rosa cerrado. Cuando los mortales acudían a pedirle consejo a los magos, les empujaba el hecho de haberse fijado en que los magos no viven con miedo. Los magos aceptan, incluso reciben con alegría, lo que les sucede, sea lo que sea.

Mirad dentro de vosotros mismos, donde hay sólo paz. Así que el primer paso para entrar en el mundo de Merlín consiste en: “Reconocer que existe… eso es suficiente” Cabe que tus emociones participen en esta oleada de desconfianza, ansiedad aburrimiento, escepticismo, desprecio… lo que sea. No opongas resistencia a estos sentimientos. Son simplemente viejas y habituales maneras de escoger con cuidado. Tu mente adquiere importancia rechazando cosas desagradables.

Lo que cabe preguntarse es si las tácticas de la mente dieron resultado. Puede que logre hacerte inteligente, pero la “mente no reune las condiciones necesarias para hacer que te sientas feliz, satisfecho, en paz contigo mismo”. Merlín no discute con la mente. Todos los debates se generan pensando, y el mago no piensa. El mago ve. Y esa es la clave de lo milagroso, porque lo que “puedas ver en tu mundo interior harás que exista en el mundo exterior.

Deepak Chopra
El Camino de la Sabiduría 

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