lunes, 31 de agosto de 2015

Sanar






La curación es una elección. No es una elección fácil, porque implica un cambio en tus hábitos, pero mantente tomando esa decisión y los cambios ocurrirán.

El día de hoy, conecta con tu intención de sanar. Cuantas más actividades y personas que apoyen tu avance escojas, más se fortalecerá esa parte de ti.

Yehudá Berg

domingo, 30 de agosto de 2015

La grandeza de las personas está en los pequeños detalles



La grandeza de una persona está en pequeños detalles que, en principio, pueden no parecer importantes. Los pequeños detalles moldean a las personas en acero inolvidable, las hacen únicas y excepcionales.
No se trata de personas que no tienen miedo a nada o que no han cometido errores, sino que son personas que siempre que pueden tienen una palabra de aliento, una mano amiga para tender, un buen pensamiento, una buena acción. En definitiva, son sus pequeños detalles los que marcan la diferencia.

Ellas entienden el valor de vivir y de compartir y no se acobardan por los sinsentidos de la sociedad. Digamos que, estas personas, echan el freno en el momento adecuado y reparan en que vivimos a demasiada velocidad.
No destruyen a los demás con sus críticas ni con sus expectativas, pues uno de los “pequeños detalles” que ponen en práctica es aceptar incondicionalmente al otro. No solo es que amen al mundo, es que lo respetan porque son parte de él.


EL GRAN DON DE LA SENSIBILIDAD

Existen momentos inolvidables, cosas inexplicables y personas incomparables.

Haciendo gala de su gran sensibilidad, estas personas no solo sienten y piensan por ellos, sino por su entorno. Tienen una gran capacidad para empatizar, captar, proteger y lidiar con las emociones ajenas. Esto es lo que las hace grandes y bellas.

No es que se caractericen por una alegría infinita y contagiosa, sino que su forma de ser les permite observar cómo funciona el mundo y comprenderlo un poco mejor. Por eso, siempre tienen un momento para escuchar, para entender y para esperar. Algo que al común de los mortales no se nos da demasiado bien.

Nos empeñamos en acelerar y acelerar para llegar antes de tiempo. Pero, ¿de qué nos sirve tener unos minutos más si llegamos tan cansados a nuestro destino y nos olvidamos de que lo pequeño nos hace grandes?

Las personas hermosas son raras, no se distinguen por la cara, sino por el alma. Son personas valientes, personas sencillas por dentro y por fuera, personas que viven seriamente sus sentimientos y que valoran en la misma medida los de los demás.

Todos somos únicos, sin embargo, ser grandes a la vez no es tan habitual. Son los pequeños detalles los que hacen grandes momentos, grandes rasgos y grandes personas. Se nos olvida fácilmente, pero es sencillo lograr que alguien se sienta especial. Os ofrecemos algunas ideas…

   Dar siempre los buenos días, las buenas tardes o las buenas noches. Es decir, dos palabras tan sencillas llevan consigo un gran respeto hacia uno mismo y hacia los demás. Que alguien te desee lo mejor en el día es una gran privilegio.

   No mostrar una felicidad hipócrita. Es decir, no estar alegres y felices porque siempre hay que estarlo, sino que hay que aceptar las emociones y los sentimientos que reinen en cada momento.
  
   No respetar solamente las emociones propias, sino también las ajenas. Esto es muy importante. Pensad en cuántas veces alguien ha querido levantaros el ánimo de manera desacertada o cuántas veces os han dado una mala noticia sin preparaos para lo que venía y sin medir las consecuencias. Nuestras emociones no son cuestión de todo o nada, hay que tratarlas con cuidado y acompañarlas adecuadamente con el ritmo de su melodía.
  
   Las sonrisas a destiempo, la calidez de las palabras, las caricias y las declaraciones susurradas nos hacen sentir especiales. Así como la gente tóxica es especialista en echar a perder los días de los demás, las personas geniales suelen sacar sonrisas, haciendo que un día difícil se convierta en fácil. Porque, al fin y al cabo, hacernos sentir diferentes es lo que convierte a alguien en inolvidable.
  
La grandeza de las personas no se mide por el dinero, por sus estudios o por su belleza.

Su grandeza se mide por la lealtad de su corazón y la humildad de su alma.

Y, a pesar de que la vida pueda separarte de estas personas, te convertiste en alguien mejor desde que las conociste y eso es para siempre.

Por: Raquel Aldana

Límites


"Los límites son una parte de nuestra existencia como seres humanos y ellos son vitales"

"Durante el tiempo que llevo haciendo esta trabajo, una de las preguntas mas relevantes y recurrentes hechas por la gente se encuentra en el área de los "límites". ¿Qué son los límites, por qué y cómo podemos utilizarlos y qué miedos podríamos estar presentando entre uno y otro límite? 
Puede ser un tema controvertido si tenemos en cuenta que nuestro objetivo es 'abrirnos' más. Pero aquí es donde el aprendizaje y la comunicación de tus límites es crucial. Cuando tu aprendes cómo crear un límite a algo o alguien que tu encuentras difícil o no alineados contigo, las nuevas posibilidades de apertura y conexión surgen en ti - posibilidades que anteriormente estaban siendo bloqueados. Esto es algo que he aprendido de primera mano en mi vida y me encanta trabajar con otros sobre los límites porque sé la riqueza que trae.

Así, por primera vez, he creado un audio "guía-energía ' para los límites!

Ya sea para dejar ir a un amigo que encuentres difícil, hablarle a alguien que te está intimidando o el tratando de una manera negativa o ser asertivo con un miembro de la familia, hay ciertos principios útiles y ejercicios que puedes aplicar y entrenarte. Preocuparse por lo que otros piensen de ti y el empleo de los límites sin culpa, son un par de áreas a las que me dirijo respecto a lo que tu puedes experimentar y cómo eso puede ser superado. "

Lee Harris

Fuente: LeeHarrisEnergy

viernes, 28 de agosto de 2015

Cadenas

Vivimos encadenados a imágenes de un pasado que ya fue y que, sin embargo, nos cuesta soltar. . . ¿Será por eso que constantemente repetimos los mismos errores? Es tiempo de despertar. . .
Reflexión y Fotos Diego Bianchi en Contacto con lo Divino

jueves, 27 de agosto de 2015

Técnicas para el desahogo emocional


No podemos negarlo, a veces es más fácil callarse y volver el rostro. O sencillamente, intentar pasar página aferrándonos con fuerza a la cotidianidad para intentar olvidar. Para intentar no pensar. Pero las emociones no se disuelven sin más como el humo escapando por una ventana abierta, se acumulan y nos hieren en silencio.
Se convierten en espectros internos capaces de dañar nuestro cuerpo y nuestra mente, espectros sin forma definidos a través de nuestras experiencias, nuestros fracasos, desilusiones o pérdidas. Nadie queda libre de su influencia. Reconocerlos y hacerles frente, es un modo de adecuado de asumir nuestra propia realidad interior para cuidar de nuestra salud emocional, imprescindible sin duda para nuestro equilibrio e integridad personal.

Te explicamos cómo.

1. SER CONSCIENTE DE TUS EMOCIONES

No es fácil. En ocasiones la tristeza se camufla con la rabia o la ira. Podemos tener ante nosotros personas que muestran un marcado desprecio, o comportamientos desafiantes. Es posible que bajo esta coraza ligeramente agresiva no esté otra cosa más que la tristeza, el pesar por haber perdido algo o alguien, la frustración por el fracaso o la soledad. Deberemos ir capa a capa, ahondando en nosotros mismos para llegar al centro de nuestras propias emociones. ¿Cómo me siento? ¿Es odio, es amargura? ¿Qué hay tras estos sentimientos?

2. VACIADO DE MENTE

El vaciado de mente no es más que ir descendiendo en la escalera de nuestro mundo interior, de nuestras emociones, para ello podemos seguir los siguientes pasos: -¿Qué me da rabia? ¿Qué es lo que me enfurece? ¿Qué es lo que me entristece? ¿Qué es lo que me impide encontrarme bien en estos momentos? –Intenta razonar en primera persona: Me siento, a mi me duele que, yo no quiero que… -Seguidamente, piensa en cómo desearías estar el día de mañana. Haz un esfuerzo pensando en tu futuro. ¿Qué podrías hacer hoy para alcanzar esa tranquilidad que ansías? ¿Cómo podrías conseguirlo? ¿Qué puedes hacer en mismo este mismo instante para conseguirlo?

3. EXPRESA TUS EMOCIONES

Las emociones pueden canalizarse de muchos modos. Llorar siempre es adecuado.También buscar un instante de necesitada soledad donde estar con uno mismo y reorganizar nuestros pensamientos, pensar en nuestras necesidades. No evites tampoco buscar apoyo personal en un familiar o un amigo. Busca siempre personas que sepas que te van a escuchar y a comprender; poner tus palabras en voz alta siempre es terapéutico y puedes encontrar opciones que no pensabas o que no te planteabas.

4. VALOR PERSONAL

Para enfrentarse a los propios miedos se necesita coraje. No todo el mundo puede –o sabe- asumir sus obligaciones emocionales y personales para avanzar, para llegar alcanzar su propia felicidad y también la de las personas que lo rodean. A veces es más fácil acogerse a la salida de emergencia, esa donde uno sale corriendo sin mirar atrás para huir de aquello que lo inmoviliza. Prefieren no admitir, no pensar, no hablar de aquello que les duele, les molesta o que les impide ser feliz y vivir en armonía. El valor personal implica una necesidad por enfrentarse a uno mismo con el fin de alcanzar las metas propias, que no son otras más que las de encontrar el equilibrio. La integridad emocional requiere que vayamos liberándonos de todos esos pesos que enferman nuestro carácter y nuestro cuerpo. Basta con buscar un instante para nosotros mismos y ahondar en el mapa interior que todos tenemos, buscar recovecos, baúles donde se esconde la rabia, la frustración…enfrentarse a ellos y alcanzar la orilla de la tranquilidad, y el desahogo personal.

Valeria Sabater la mente es maravillosa

Tu transformación interior

 
Cualquier cambio que desees crear en tu realidad en forma consciente, se tendrá que iniciar en tu interior. Desear que existan cambios exteriores sin haberlos gestado desde dentro, es como querer que la fuerza de gravedad funcione a la inversa.
Todo lo que se manifiesta en tu vida, lo hace desde un origen energético que está en tu interior. En estricto rigor, tendrás que vencer la tentación de no hacerte cargo de ti y tendrás que dejar de responsabilizar a algo o alguien para encontrar el camino que deseas. Si te imaginas un lugar con varias rutas alternativas, te darás cuenta que todas ellas te van a llevar por diferentes experiencias. Si reconoces tu poder de elección, te conducirás fácilmente por el camino más agradable. Cuando no tomas conciencia de tu poder de elección, tomarás cualquier camino, el que se presente o el que te llame la atención en el momento, sin saber si ese es realmente el que más te gusta. 

Si en este momento tu vida no te agrada o si te sientes disconforme con tus logros, tendrás que realizar algunos cambios interiores en la línea de tu bienestar. Un pequeño cambio interior genera grandes cambios en tu realidad. Puedes buscar tu bienestar por varios motivos. Es posible que quieras dejar atrás algo que te duele o que ya no te sirve, quizás quieras cumplir sueños anhelados o quizás solamente quieras emprender una aventura que te llena de entusiasmo y emoción. Sin importar la motivación que te impulse, tendrás que ajustar y alinear todo tu Ser para dirigirte hacia donde quieras ir desde ahora en adelante. Toda transformación interior debería llevarte directamente a experimentar más dicha en tu vida. Aunque en algunas ocasiones algunos cambios que haces no te permiten triunfar de inmediato, te aseguro que el aprendizaje ganado te preparará para las próximas iniciativas que quieras emprender más adelante. La sociedad cataloga como fracaso aquellas situaciones cuando las cosas no te han funcionado como quieres de forma inmediata. 

En niveles superiores, estas eventualidades son un acercamiento a tu destreza de elegir conscientemente, convirtiéndose en motivo de dicha y no en un motivo de cuestionamiento o desvalorización. La mayoría de las veces somos muy duros con nosotros mismos y nos culpamos por no ser capaces de cambiar nuestras circunstancias sin meditar seriamente en las transformaciones interiores que necesitamos hacer para conseguirlo. Esta actitud nos hace perder tiempo y energías porque el auto cuestionamiento despiadado que hacemos de nosotros mismos nos impide avanzar en los objetivos. Quizás nuestro primer cambio interior sea aceptar que estamos practicando el arte de crear en conciencia y que fallar en los primeros intentos es natural. Sin embargo, uno de los cambios interiores más trascendentales en la vida de un ser humano es aceptar que es libre y capaz de atraer las experiencias que desea en forma consciente, dándose cuenta de que posee todo el potencial natural para hacerlo. Esto puede ser una frase muy repetida, pero no siempre es una certeza incorporada en el interior. 

La mayoría de las personas tiene sueños, pero ¿Cuántos de ellos realmente creen que pueden transformarlos en realidad? ¿Cuántos creen que pueden hacer algo concreto en relación a estos sueños? ¿Cuántos esperan que todo les resulte como desean? y ¿Cuántos están dispuestos a transmutar sus pensamientos y sentimientos para dirigirse a donde quieren ir? Quizás la única y mayor transformación interior que requieres hacer es aceptar que eres divino, que eres amado mas allá de tu entendimiento, que tienes derecho a conseguir lo que quieres y a ser feliz. Estos conceptos no los observas en lo cotidiano, mas bien, has estado rodeado del mensaje contrario, ya que seguramente alguien te enseñó que eras imperfecto, incapaz y más pequeño de lo que realmente eres. Ahora tienes la posibilidad de recuperar la memoria y volver a restaurar la verdadera identidad de tu Ser. Tu vida se manifestará de acuerdo al nivel de apreciación que tienes de ti mismo. Tu nivel de dicha te indicará cuán cerca estás de la apreciación de tu verdadera naturaleza y tu nivel de desdicha te señalará que tan alejado de ella te encuentras. 

Si te sientes complicado en este momento, es posible que lo que estés pensando de ti no se ajuste en absoluto a lo que realmente eres. Ahora que eres adulto te puedes dar cuenta de todo lo que aceptaste para formar el concepto que tienes de ti. Este reconocimiento te puede permitir hacer las correcciones necesarias. No te olvides nunca que quisiste venir a jugar este juego en forma voluntaria. Sea cuanto sea lo que te hayas alejado de tu verdadera identidad, el término del juego se produce cuando vuelves a recordar toda la verdad. Solo se trata de comprender que el juego consistía justamente en perderse, para luego triunfar en la llegada de regreso a tu punto de partida. Puedes tomarte todo el tiempo que quieras, pero si lo estas pasando mal, puedes tener una excelente motivación para poner las ganas y el entusiasmo de alinear tus pensamientos y tus sentimientos acerca de ti mismo. Hoy puedes decidir retirar todo concepto equivocado y volver a reconocerte merecedor de todo lo bueno. El universo espera que recuerdes lo amoroso, lo inteligente y creativo que eres. 

Estás experimentando la vida en un plano físico para tener la posibilidad de evaluar tu alineación a tu eje. Cada manifestación física te muestra el grado de acercamiento o alejamiento de él. Cuando observas que aún no lo consigues del todo, se te presenta la oportunidad para seguir haciendo las correcciones necesarias. Esas correcciones nacen de tu interior. Puedes transformarte justamente en aquello que más te hace falta en estos momentos y en todas las áreas de tu vida. Cuando aceptas que has errado, de inmediato puedes aceptar redirigirte. Esta capacidad para hacer transformaciones interiores está disponible en forma gratuita y en todo momento. No requiere nada especial de tu parte, sólo se trata de tomar la decisión por amor a ti y el cambio será hecho por arte de magia. Para tomar la decisión de hacer transformaciones interiores solo necesitas desearte lo mejor, reconocerte como un ser valioso, regalón del universo, amado y heredero de todo lo bueno que hasta ahora te has negado por un errado concepto que has sostenido de ti mismo.  

Por Patricia González 

Fuente: www.yovivo.cl

Perdonar (y perdonarnos)

Perdona a los demás y déjalos ser

Las personas se pasan la mayor parte de su vida sintiéndose ofendidas por lo que alguien les hizo. La sorprendente revelación que te voy a hacer, va a cambiar tu vida… ¡Nadie te ha ofendido! Son tus expectativas de lo que esperabas de esas personas, las que te hieren. Y las expectativas las creas tú con tus pensamientos.

No son reales. Son imaginarias. Si tú esperabas que tus padres te dieran más amor y no te lo dieron, no tienes por qué sentirte ofendido. Son tus expectativas de lo que un padre "ideal" debió hacer contigo, las que fueron violadas. Y tus ideas son las que te lastiman. Si esperabas que tu pareja reaccionara de tal y cual forma y no lo hizo…Tu pareja no te ha hecho nada. Es la diferencia entre las atenciones que esperabas tuviera contigo y las que realmente tuvo, las que te hieren. Nuevamente, eso está en tu imaginación. ¿Enojado con Dios? Son tus creencias de lo que debería hacer Dios, las que te lastiman. Dios jamás ofende ni daña a nadie. Un hábito requiere de todas sus partes para funcionar. Si pierde una, el hábito se desarma. 

El hábito de sentirte ofendido por lo que te hacen otros (en realidad nadie te hace nada) desaparecerá cuando conozcas mejor la fuente de las ‘ofensas’. Cuando nacemos, somos auténticos. Pero nuestra verdadera naturaleza, es suprimida y sustituida artificialmente por conceptos que nuestros padres, la sociedad y hasta la televisión nos enseñan. Y crean una novela falsa de cómo deberían ser las cosas en todos los aspectos de tu vida y de cómo deben actuar los demás. Una novela que no tiene nada que ver con la realidad. También, las personas son criaturas de inventario. 

A lo largo de su vida, coleccionan experiencias: padres, amigos, parejas, etc. y las almacenan en su inventario interior. Las experiencias negativas dejan una huella más profunda en nosotros que las positivas. Y cuando una persona es maltratada por alguien, deja esa experiencia en su ‘inventario’. Cuando conoce a alguien, tiene miedo. Y trata de ver si la nueva persona repetirá las mismas actitudes que la que la hirió. Saca una experiencia de su inventario negativo. Se pone los lentes de esa experiencia y ve a las nuevas personas y experiencias de su vida, con esos lentes. ¿Resultado? Se duplican los mismos problemas y las mismas experiencias negativas. Y el inventario negativo sigue creciendo. En realidad lo que hace es que te estorba. No te deja ser feliz. Y a medida que se avanza en años, se es menos feliz. Es porque el inventario negativo aumenta año con año. ¿Has visto a las personas de edad avanzada y a los matrimonios con muchos años? Su inventario es tan grande, que parece que la negatividad es su vida. Una y otra vez sacan experiencias de su inventario negativo ante cualquier circunstancia. 

Una de las mayores fuentes de ofensas, es la de tratar de imponer el punto de vista de una persona a otra y guiar su vida. Cuando le dices lo que debe hacer y te dice ‘no’, creas resentimientos por partida doble. Primero, te sientes ofendido porque no hizo lo que querías. Segundo, la otra persona se ofende porque no la aceptaste como es. Y es un círculo vicioso. Todas las personas tienen el derecho divino de guiar su vida como les plazca. Aprenderán de sus errores por sí mismos. Déjalos ser! Nadie te pertenece. Cuando los colonos americanos querían comprarles sus tierras a los Pieles Rojas, estos les contestaron ‘¿Comprar nuestras tierras? ¡Si no nos pertenecen! Ni el fulgor de las aguas, ni el aire, ni nuestros hermanos los búfalos a los cuales solo cazamos para sobrevivir. Es una idea completamente desconocida para nosotros’. Ni la naturaleza, ni tus padres, ni tus hijos, tus amigos o parejas te pertenecen. Es como el fulgor de las aguas o el aire. No los puedes comprar. No los puedes separar. No son tuyos. Solo los puedes disfrutar como parte de la naturaleza. El cauce de un río no lo puedes atrapar. Solo puedes meter las manos, sentir el correr de las aguas entre ellas, y dejarlo seguir. Las personas son un río caudaloso. Cualquier intento de atraparlas te va a lastimar. Ámalas, disfrútalas y déjalas ir. 

Entonces ¿Cómo puedo perdonar? 

1) Entiende que nadie te ha ofendido. Son tus ideas acerca de cómo deberían actuar las personas y Dios, las que te hieren. Estas ideas son producto de una máscara social, que has aprendido desde tu infancia de forma inconsciente. Reconoce que la mayoría de las personas NUNCA va a cuadrar con esas ideas que tienes. Porque ellos tienen las suyas. 

2) Deja a las personas ser. Deja que guíen su vida como mejor les plazca. Es su responsabilidad. Dales consejos si te los piden, pero permite que tomen sus decisiones. Es su derecho divino por nacimiento: el libre albedrío y la libertad. 

3) Nadie te pertenece. Ni tus padres, ni amigos ni parejas. Todos formamos parte del engranaje de la naturaleza. Deja fluir las cosas sin resistirte a ellas. Vive y deja vivir. 

4) Deja de pensar demasiado. Ábrete a la posibilidad de nuevas experiencias. No utilices tu inventario. Abre los ojos y observa el fluir de la vida como es. Cuando limpias tu visión de lentes obscuros y te los quitas, el resultado es la limpieza de visión. 

5) La perfección no existe. Ni el padre, amigo, pareja perfectos. Es un concepto creado por la mente humana que a un nivel intelectual puedes comprender, pero en la realidad NO EXISTE. Porque es un concepto imaginario. Un bosque perfecto serían puros árboles, Sol, no bichos… ¿existe? No. Para un pez, el mar perfecto sería aquel donde no hay depredadores ¿existe? No. Solo a un nivel intelectual. En la realidad JAMAS VA A EXISTIR. Naturalmente, al pez solo le queda disfrutar de la realidad. Cualquier frustración de que el mar no es como quiere que sea no tiene sentido. Deja de resistirte a que las personas no son como quieres o no piensan como tú. Acepta a las personas como el pez acepta al mar y ámalas como son. (O no, pero no tengas expectativas.) 

6) Intoxícate con la vida. La vida real es más hermosa y excitante que cualquier idea que tienes del mundo. Me complacerá decírtelo por experiencia. 

7) Imagina a esa persona que te ofendió en el pasado. Imagínate que ambos están cómodamente sentados. Dile por qué te ofendió. Escucha su explicación amorosa de por qué lo hizo. Y perdónala. Si un ser querido ya no está en este mundo, utiliza esta dinámica para decirle lo que quieres. Escucha su respuesta. Y dile adiós. Te dará una enorme paz. 

8) A la luz del corto período de vida que tenemos, solo tenemos tiempo para vivir, disfrutar y ser felices. Nuestra compañera la muerte en cualquier momento, de forma imprevista, nos puede tomar entre sus brazos. Es superfluo e inútil gastar el tiempo en pensar en las ofensas de otros. No puedes darte ese lujo. 

9) Es natural pasar por un periodo de duelo al perdonar, deja que tu herida sane. Descárgate (no confundir con desquítate) con alguien para dejar fluir el dolor. Vuelve a leer este artículo las veces necesarias y deja que los conceptos empiecen a sembrar semillas de conciencia en tu interior. Aprende con honestidad los errores que cometiste, prométete que no lo volverás a hacer y regresa a vivir la vida.  

Marco Engelke

miércoles, 26 de agosto de 2015

Manos que curan

Cuando nos duele algo, el estómago o una muela, automáticamente nos llevamos la mano a ese lugar como si el simple contacto nos aliviara el dolor. De forma natural, sin darnos cuenta, aplicamos el fundamento del reiki, una terapia milenaria japonesa para sanar a través de las manos que cada vez tienen más adeptos en Europa.
Las personas que lo practican aseguran que es asombroso cómo funciona y muchas afirman que ha cambiado su vida. Incluso la medicina convencional, siempre escéptica ante este tipo de técnicas alternativas, ya ha empezado a impartirlo en hospitales.
El reiki, que en japonés significa 'energía universal', consiste en canalizar a través de las manos una poderosa fuente de vibración, que está fuera, hacia uno mismo o hacia otras personas para curar enfermedades físicas o sanar emociones. Además, cualquiera puede practicarlo o recibirlo, ya que no es un 'don' especial reservado a unos privilegiados, sino una técnica que se puede aprender.
"El reiki está al alcance de cualquiera, todo el mundo puede hacerlo y siempre es para bien"
John Curtin, maestro reiki
Aunque esta práctica de canalizar energía tiene más de 3.000 años de antigüedad, cayó casi en el olvido hasta que fue rescatada en 1920 por el doctor Usui, un monje y catedrático japonés al que se considera el primer maestro reiki.
Al igual que la acupuntura o el shiatsu, esta técnica parte de una tesis muy sencilla: que el ser humano es "todo energía", afirmación que aunque parece muy esotérica comparte aspectos con la física cuántica. El reiki sostiene que cuando la energía se bloquea, por cualquier circunstancia, es cuando se produce una enfermedad. La imposición de las manos en la zona enquistada, donde la energía ha quedado taponada, sirve para disolver ese 'nudo' que impide que la energía fluya y así devolver el equilibrio al organismo.
"El reiki es una herramienta muy poderosa que está al alcance de cualquiera. No hace falta nada especial, todo el mundo puede hacerlo. Además, no tiene contraindicaciones porque siempre es para bien", asegura John Curtin, maestro reiki y presidente de la Fundación Sauce, donde ya se han formado más de 6.000 alumnos en los cursos que imparte para instruirse en esta técnica.


Curtin se topó con el reiki más por necesidad que por convencimiento. Hace años, cuando dirigía una empresa de informática, sufrió una parálisis facial que le dejó inutilizado un lado de la cara. Los neurólogos le dijeron que no tenía curación y que se quedaría así de por vida. Después de probar de todo, empezó a recibir reiki y en tres meses recuperó la movilidad de la cara por completo. "Como informático era muy escéptico ante este tipo de terapias, pero experimenté en mí los resultados. Siempre digo que lo importante no es si te lo crees o no, lo importante es que el reiki funciona", explica Curtin.

Terapia en hospitales

El reiki no sólo es compatible con cualquier tratamiento médico, sino que además actúa como complemento, ya que en ningún caso se recomienda suspender ninguna medicación para sustituirla con esta técnica. Además, está reconocida como terapia alternativa por la Organización Mundial de la Salud (OMS). De hecho, en Estados Unidos y Reino Unido ya se utiliza en más de 1.000 centros hospitalarios y está incluido en el Sistema Público de Salud. En el estado de Nueva York, hasta los servicios de emergencia están formados para dar reiki.
[foto de la noticia]
Usui, primer maestro reiki.
En España, donde esta terapia aún lleva pocos años de desarrollo, aún no se ha llegado tan lejos, pero ya se aplica en varios hospitales como el Gregorio Marañón o La Paz gracias a los buenos resultados que se han observado en los pacientes. "Contamos con acuerdos de colaboración con cinco hospitales de Madrid para aplicación de reiki a enfermos", asegura Curtin. La fundación que dirige cuenta con más de 300 voluntarios que imponen las manos a los enfermos para aliviar sus dolores.
Entre otros, muchos pacientes de cáncer reciben sesiones de reiki, ya que se ha usado con éxito en combinación con la quimioterapia para ayudar al organismo a mantener la fortaleza física necesaria para soportar el tratamiento. "Aprendí reiki para ayudar a mi tía que padece cáncer. Ahora me dice que se siente mejor después de darle una sesión. Sé que desde fuera parece una locura, pero es alucinante", explica María Jesús.
Sus seguidores aseguran que el reiki sirve para sanar una interminable lista de enfermedades, tanto físicas como emocionales. Así, afirman que su "práctica habitual" puede aliviar e incluso curar dolores crónicos como la artritis, reuma o migrañas. También acelerar la recuperación de lesiones óseas y musculares, ayudar el organismo a combatir infecciones o mitigar el estrés y la ansiedad.

Contra la depresión

La práctica de la imposición de manos también lucha contra la enfermedad del siglo XXI: la depresión. "Como su objetivo es equilibrar energéticamente a la persona tanto física como espiritualmente, este tipo de dolencias psíquicas desaparecen cuando la persona vuelve a su estado de equilibrio", explica Curtin.
"No hay cuerpos enfermos, hay almas enfermas", dice una máxima reiki
Es el caso de Candela, una azafata que padece depresión y lleva años medicada sin obtener ninguna mejoría. Acudió a ver a John Curtin para recibir un tratamiento, que se compone de un mínimo de tres sesiones de reiki, porque una amiga se lo había recomendado. "Entendí que mi depresión provenía de un bloqueo emocional y las sesiones de reiki me sirvieron para liberar esa angustia contenida. Sentía como una bola en la garganta y otra en el pecho que me impedían respirar. Poco a poco esa bola que hasta notaba físicamente se han ido disolviendo y ahora casi no tomo medicación", explica Candela.
Como todas las técnicas orientales, el reiki trata a la persona como a un todo. Es decir, no distingue entre cuerpo y espíritu. Hay una máxima de esta técnica que dice que "no hay cuerpos enfermos, hay almas enfermas". Así, los maestros mantienen que las dolencias no se dan aisladas, sino como consecuencia del desequilibrio entre alma y cuerpo.
Manuela González también se dedica a dar sesiones de reiki. Asegura que la fuerza que sale de sus manos -ella es sólo un canal- lo único que hace es restablecer el orden, porque hay veces que "las energías están en guerra civil". Muchas personas acuden a su consulta para darse "un chute de energía" como dice entre risas José María, director de márketing de una página web o para tratar las dolencias de "una enfermedad reumática", en el caso de María, periodista.
"Autosanamos nosotros, es una capacidad natural que todos tenemos"
Manuela González Yáñez, maestra reiki
"Cuando nos sentimos mal, insatisfechos, enfermos físicamente o emocionalmente la terapia de reiki nos ayuda a reconocer nuestra esencia y lo que necesitamos modificar, que puede que no coincida con lo que nosotros queremos, para permanecer en un estado de salud", explica González, maestra de reiki por la Asociación Servicio reiki.
Los maestros reiki defienden el asombroso poder de autocuración del ser humano que se pierde con los años. "En definitiva, autosanamos nosotros, que es una capacidad natural que todos tenemos y que con la ayuda de un maestro de reiki empezamos a redescubrir", recalca González. Así, coincide con Curtin en que es el paciente el que "toma las riendas" de su propia sanación.

Sin vinculación ideológica

Como terapia energética el reiki no está vinculado a ninguna ideología ni religión. De hecho, la Iglesia Católica tiene a maestros reiki entre sus miembros. No en vano en el Nuevo Testamento se relata cómo los apóstoles realizaban milagros mediante la imposición de manos para sanar en nombre de Jesús. Cambian la manera de decirlo pero no el significado: donde la tradición japonesa habla de energía universal de la vida, los católicos dicen Dios. "No es incompatible con la fe católica, para mí es Dios el que cura. De hecho, yo abro la sesión de reiki con un Ave María", explica sor Margarita, una monja que estudió reiki como herramienta para aliviar a los más desfavorecidos. Es más, el propio Juan Pablo II dio la bendición a sor Mariusza, monja polaca y maestra reiki por su labor en la Congregación de la Posjonistek.
Los que lo practican aseguran que cuanto más reiki haces, mejor te sientes. Y es que descubrir que tu salud y tu felicidad están al alcance de tu mano, nunca mejor dicho, lo cambia todo. Aunque todavía muchos se resiste a creer que el poder está en la palma de su mano.

Fuente: periódico El Mundo - España

martes, 25 de agosto de 2015

7 efectos de la gratitud que pueden cambiar tu vida


https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg7TiPQOlq-tqbEJcy4gJr8Xj2zNuNg7pV4DBa-AXn5bqRlzOTxsKrp1_X25OB2phVnRyOqIowVbmJzskK8onM-XjcFaAebBWbErU_5tV8y8Yd85KYNr0H5duFsL6rMRs0EV0hsgSa8QA/s1600/Gratitud.jpg

La gratitud es una pieza clave en la filosofía budista, pero en Occidente apenas hemos comenzado a redescubrir su enorme poder. De hecho, la gratitud es uno de los caminos que nos conduce a la felicidad y su práctica puede cambiar radicalmente nuestra vida porque nos permite adoptar una perspectiva diferente, más centrada en el aquí y ahora, focalizada en lo que tenemos, más que en lo que nos falta.


En los últimos años la Psicología científica también se ha comenzado a interesar por la gratitud, dando lugar a una serie de estudios que demuestran su importancia para mejorar nuestro bienestar emocional.

Siete buenas razones para abrazar la gratitud


1. Te hará más feliz. La gratitud se experimenta de formas diferentes: hay personas que cuentan sus dones, otras disfrutan lo que la vida les ha dado y otras deciden compartir con los demás. Sin embargo, no importa qué forma adopte, se ha comprobado que el mero hecho de sentirse agradecidos nos permite ser más felices. 

En un estudio realizado en la Universidad de California los psicólogos les pidieron a algunos participantes que, durante 10 semanas, hicieran una lista de las cosas por las que podían sentirse agradecidos. Otros simplemente debían escribir sobre un tema neutro. Al cabo de ese tiempo, se apreció que las personas que habían practicado la gratitud referían sentirse un 25% más felices y satisfechas con la vida.

2. Te reportará mayor satisfacción. La gratitud no implica solamente sentirse mejor sino también pensar mejor. En otras palabras, no se trata de una sensación efímera sino de una forma de pensar que perdura a lo largo del tiempo y que genera cambios en nuestra actitud y visión del mundo.

Por eso, las personas que tienen motivos para sentirse agradecidos y los reconocen, también se sienten más satisfechos con su vida. Y es que la gratitud nos incita a cambiar el prisma a través del cual vemos el mundo, nos permite darnos cuenta de las cosas que tenemos y nos enseña a centrarnos en los aspectos positivos, más que en las carencias. Al respecto, Erich Fromm afirmó: si con todo lo que tienes no eres feliz, con todo lo que te falta tampoco lo serás”.

3. Hará que los demás estén más dispuestos a ayudarte. Cuando damos las gracias, no solo estamos expresando nuestra gratitud sino que también estamos motivando a esa persona a ayudarnos de nuevo. Cuando le agradecemos a alguien su ayuda le estamos diciendo que reconocemos su esfuerzo y que este ha sido importante para nosotros.

En un estudio realizado en la Universidad de Pennsilvania se pudo apreciar que cuando las personas recibían un simple correo electrónico de agradecimiento aumentaba su disposición a volver a ayudar, de un 32% hasta un 66%, casi el doble. También se apreció que lo que motivaba a las personas a brindar su apoyo era saber que eran apreciados y valiosos para alguien.

4. Te ayudará a combatir el materialismo. Todos necesitamos determinadas cosas para vivir, pero en algunas ocasiones el deseo de tener más escapa a nuestro control. Obviamente, la sociedad también se encarga de exacerbar ese consumismo. Sin embargo, ir en pos de las posesiones solo nos asegura una gran dosis de estrés y una insatisfacción permanente.

El problema radica en que el consumismo y el materialismo nos llevan a centrarnos continuamente en lo que no tenemos, más que en sentirnos satisfechos con lo que ya hemos logrado. Por eso, una excelente estrategia para combatir ese materialismo es practicar la gratitud. Ten siempre en mente la frase de Epicuro: “No eches a perder lo que tienes deseando lo que no tienes; recuerda que lo que tienes ahora fue una vez algo que solo deseabas”.

5. Aumentará tu autocontrol. No es cierto que las emociones afectan negativamente nuestra razón, o al menos no siempre. Para tomar buenas decisiones no siempre es necesario “calcular” y tener la “mente fría”. De hecho, sentirnos agradecidos nos guía a tomar mejores decisiones.

En un estudio desarrollado en la Northeastern University los psicólogos le dijeron a las personas que les darían 54 dólares inmediatamente, u 80 dólares dentro de 30 días. Antes de tomar una decisión generaron diferentes estados emocionales: alegría, gratitud o neutralidad. Curiosamente, solo las personas que experimentaron gratitud decidieron aplazar la recompensa. El secreto radica en que al sentirnos agradecidos nos despojamos del egoísmo y nos vestimos de paciencia, potenciando el autocontrol.

6. Mejorará tu salud. La gratitud disminuye el estrés cotidiano. Cuando nos sentimos agradecidos, percibimos que todo funciona bien en nuestro mundo, es como si nuestro "yo" estuviera en perfecta sintonía con el universo. Por eso, no es extraño que la gratitud termine impactando positivamente nuestra salud física.

De hecho, un estudio realizado en la Grant MacEwan University descubrió que dedicar tan solo 15 minutos a listar las razones por las que podemos sentirnos agradecidos, antes de dormir, mejora cualitativamente la calidad del sueño. También se ha apreciado que las personas que practican la gratitud mantienen hábitos de vida más sanos y tienen una mayor esperanza de vida.

7. Te ayudará a ser más resiliente. Si tenemos en cuenta que, antes o después la adversidad tocará a nuestra puerta, comprenderemos la importancia de desarrollar estrategias para lidiar con los problemas y el sufrimiento que estos pueden ocasionar. La gratitud es una forma para desarrollar la resiliencia.

Reconocer aquellas cosas por las que podemos sentirnos agradecidos, incluso en los peores momentos, es una habilidad esencial para lidiar mejor con los problemas y adoptar una actitud resiliente. Así lo han demostrado diferentes estudios, entre ellos uno realizado con los veteranos de la guerra de Vietnam, en el cual se apreció que aquellos que experimentaban gratitud eran menos propensos a sufrir estrés postraumático.

Tres ejercicios sencillos para desarrollar la gratitud


La buena noticia es que la gratitud es un sentimiento que se puede cultivar. Solo debes proponértelo. De hecho, considera que el peor enemigo de la gratitud es el hábito. Cuando nos acostumbramos a algo y lo damos por sentado, dejamos de percibir su importancia y disminuye nuestra satisfacción. Es como cuando entramos a una habitación y percibimos el olor a pan recién horneado pero al poco tiempo, nos acostumbramos y dejamos de olerlo. En ese caso, tendremos que salir de la habitación y volver a entrar para percibir con la misma intensidad el aroma. Con la gratitud sucede algo similar, a veces es necesario dirigir conscientemente la vista hacia los motivos que tenemos para sentirnos agradecidos.

1. Lleva un diario de la gratitud. Se trata de un diario muy peculiar porque no es necesario que escribas demasiado, solo debes anotar las razones por las cuales puedes sentirte agradecido. Cada vez que te venga a la mente un motivo, por pequeño que sea, escríbelo. Quizás al principio te resulte difícil porque la tendencia natural es a centrarse solo las grandes metas pero a medida que vayas desarrollando ese sentimiento, te asombrará descubrir miles de razones por las cuales puedes sentirte agradecido.

2. Encuentra cada día en 3 motivos por los cuales sentirte agradecido. Lo ideal es que todas las noches, antes de irte a la cama, pienses en tres razones por las que puedes experimentar gratitud. Deben ser cosas que te han sucedido a lo largo del día. Es probable que haya jornadas en las que todo ha salido mal, te resultará más difícil encontrar esas razones pero si te esfuerzas, descubrirás que existen. El simple hecho de estar vivos y saludables son razones más que suficientes para sentirse agradecidos.

3. Mira al futuro. Un secreto para potenciar la gratitud consiste en mirar al futuro, para apreciar el presente. De hecho, un estudio muy curioso realizado en el Pomona College de California desveló que lo que hace tan valiosos los pensamientos sobre la gratitud es la perspectiva de que determinadas experiencias terminarán. Cuando miras al futuro y te das cuenta de que quizás muchas de las cosas de las que disfrutas hoy, no estarán mañana, te sentirás enormemente agradecido. Pensar en las pérdidas no implica adoptar una actitud pesimista sino que nos ayuda a apreciar más lo que tenemos y a disfrutarlo, mientras podamos.

Psicología/Jennifer Delgado
Fuentes:
DeSteno, D. et. Al. (2014) Gratitude. A Tool for Reducing Economic Impatience. Psychological Science; 25(6): 1262-1267.
Grant, A. M. & Gino, F. (2010) A little thanks goes a long way: Explaining why gratitude expressions motivate prosocial behavior. Journal of Personality and Social Psychology; 98(6): 946-955.
Wood, A. M. et. Al. (2010) Gratitude and well-being: A review and theoretical integration Alex M. Wood. Clinical Psychology Review; 30(7): 890-905.